La enfermedad de Alzheimer comienza con una fase silenciosa que dura dos décadas o más, durante la cual las placas amiloides se acumulan lentamente en el cerebro sin causar problemas cognitivos evidentes. La comunidad científica lleva mucho tiempo buscando una forma fácil y asequible de identificar a las personas que se encuentran en la llamada fase preclínica para que, una vez que se disponga de medicamentos eficaces, puedan ser tratadas y, si todo va bien, no desarrollan nunca ningún síntoma.
Los escaneos del cerebro mediante tomografía por emisión de positrones (PET) pueden identificar a las personas con placas amiloides, pero requieren demasiado tiempo para ser utilizadas en cantidades ingentes de personas para la detección o el diagnóstico.
El equipo de Randall J. Bateman y Nicolas Barthélemy, de la Universidad Washington en San Luis de Misuri (Estados Unidos), ha comprobado que los niveles de una proteína específica en la sangre aumentan a medida que se forman placas amiloides en el cerebro. Esta proteína se puede detectar en una muestra de sangre, incluso cuando la persona de la que proviene todavía no experimenta episodios inusuales de confusión ni olvidos más allá de lo normal. Por tal motivo, este análisis de sangre resulta prometedor para diagnosticar el Mal de Alzheimer antes de que aparezcan los síntomas.
Barthélemy y Bateman habían descubierto anteriormente que las personas con placas amiloides tienden a tener ciertas formas de la proteína tau en el líquido cefalorraquídeo que rodea su cerebro y médula espinal. La toma de muestras de líquido cefalorraquídeo requiere una punción lumbar, a la que algunos pacientes pueden ser reacios, pero las proteínas del líquido cefalorraquídeo pueden pasar a la sangre; las cantidades son pequeñas pero detectables. Y el procedimiento de detección es mucho más fácil de realizar y más cómodo para el paciente.
El equipo de Barthélemy y Bateman razonó que, si estas formas específicas de tau se detectan en la sangre de una persona determinada, eso podría ser un indicio de que se están acumulando placas amiloides en el cerebro de esa persona.
Para evaluar esta posibilidad, los investigadores analizaron muestras de sangre y escaneos cerebrales de 34 personas que participaban en estudios de investigación sobre la enfermedad de Alzheimer en la universidad. De entre los participantes, 19 no tenían placas amiloides en sus cerebros, cinco tenían placas amiloides pero ningún síntoma de problema cognitivo, y diez tenían placas amiloides y síntomas de problemas cognitivos. Los investigadores utilizaron una técnica conocida como espectrometría de masas para identificar y medir las diferentes formas de tau en las muestras de sangre. Encontraron que los niveles de una forma de tau conocida como tau fosforilada 217 se correlacionaban con la presencia de placas amiloides en el cerebro. Las personas con placas amiloides en sus cerebros tenían de dos a tres veces más cantidad de la proteína en su sangre que las personas sin placas amiloides. Estos altos niveles eran evidentes incluso en personas sin signos de deterioro cognitivo.
Para verificar sus hallazgos, los investigadores repitieron el análisis en un grupo separado de 92 personas y obtuvieron el mismo resultado.
Fuente: NCYT de Amazings.-
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