Científicos de la Johns Hopkins University, en Baltimore (Estados Unidos), detectaron cambios cerebrales biológicos y anatómicos relacionados con la enfermedad de Alzheimer que ocurren de 3 a 10 años antes de que aparezcan los primeros síntomas reconocibles de la enfermedad, si bien algunos aparecen incluso más de 30 años antes.
"Nuestro estudio sugiere que es posible usar imágenes del cerebro y análisis del líquido cefalorraquídeo para evaluar el riesgo de enfermedad de Alzheimer al menos 10 años o más antes de que ocurran los síntomas más comunes, como un deterioro cognitivo leve", explica Laurent Younes, profesor y presidente del Departamento de Matemáticas Aplicadas y Estadísticas en la Johns Hopkins University.
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Younes advierte de que los cambios cerebrales varían ampliamente en las personas y que los resultados de sus investigaciones reflejan un nivel promedio de tales cambios en un pequeño grupo de sujetos de investigación, por lo que de momento no se pueden usar para sacar conclusiones precisas sobre los cambios cerebrales en personas individuales ya que tampoco hay un fármaco u otra intervención conocida para retardar o detener el proceso de la enfermedad, incluso si el riesgo se identifica temprano. Pero el trabajo, agrega, podría servir para desarrollar una prueba para determinar el riesgo relativo de un individuo de contraer la enfermedad de Alzheimer y guiar el uso de tratamientos cuando se desarrollen.
Para el estudio, publicado en Frontiers in Aging Neuroscience, los científicos revisaron los registros médicos recopilados de 290 personas mayores de 40 años por los Institutos Nacionales de la Salud y la Escuela de Medicina de la Johns Hopkins University como parte del proyecto Biocard, en un esfuerzo por desarrollar factores predictivos de deterioro cognitivo dirigido por la neuróloga de la Johns Hopkins, Marilyn Albert. La mayoría de las 290 personas tenían al menos un pariente de primer grado con demencia del tipo de la enfermedad de Alzheimer, lo que las pone en un riesgo más alto de lo normal.
Como parte de los estudios de Biocard, los científicos recolectaron líquido cefalorraquídeo y realizaron exploraciones cerebrales de resonancia magnética de los participantes del estudio cada dos años entre 1995 y 2005. También realizaron cinco pruebas estándar de memoria, aprendizaje, lectura y atención anualmente de 1995 a 2013.
Debido a que los 290 participantes eran cognitivamente normales cuando comenzó el estudio, los científicos pudieron rastrear varias características biológicas y clínicas asociadas con la enfermedad de Alzheimer en los años previos a la aparición de los síntomas. En el momento de su última cita con el proyecto Biocard, 209 participantes del estudio seguían siendo cognitivamente normales y 81 fueron diagnosticados con deterioro cognitivo leve o demencia debido a la enfermedad de Alzheimer.
En las 81 personas que desarrollaron problemas cognitivos o demencia, el equipo de Johns Hopkins encontró cambios sutiles en los puntajes de las pruebas cognitivas de 11 a 15 años antes del inicio de un claro deterioro cognitivo. También encontraron aumentos en la tasa de cambio de una proteína llamada Tau, que durante mucho tiempo se ha considerado un marcador de la enfermedad de Alzheimer, en el líquido cefalorraquídeo un promedio de 34,4 años (para t-tau, o Tau total) y 13 años (durante un año). versión modificada llamada p-tau) antes del comienzo del deterioro cognitivo.
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