El clima es un factor que se debe tener en cuenta a la hora de hacer actividad física. Sabemos, que no es lo mismo la practica en invierno que en verano o hacerla en regiones secas que otras más húmedas o ventosas. Tampoco resulta lo mismo si se está haciendo ejercicio en una altura considerable por encima del nivel del mar. Las elevadas temperaturas son un factor de consideración para los terapeutas y profesores de educación física a la hora de la actividad. Es importante conocer sobre el mecanismo de temperatura corporal y sus ajustes, como la importancia de la hidratación antes, durante y después del ejercicio físico. Por el Lic. en Kinesiología y Fisiatría Nicolás Righelato


La kinesiología es el arte de que se ocupa de estudiar para prevenir y curar enfermedades a través del movimiento. El ejercicio físico es movimiento en su máxima expresión. Para producirlo, se necesita energía. Esa energía se produce a partir de combustiones celulares internas, que son movimiento también. Este movimiento provoca como resultado un aumento de temperatura la cual es necesario regular.

El organismo por medio del sistema nervioso autónomo y su mecanismo de termorregulación se ocupa automáticamente de hacerlo a través (en su mayor parte) de la sudoración y, otra parte con la orina y mecanismo de evaporación a partir de la respiración. Es fundamental que este mecanismo se produzca de manera eficaz y mantenga la temperatura corporal entre 36º y 38º para el correcto funcionamiento de los órganos internos.

En caso de las altas temperaturas que pueden provocar deshidratación y una falla de este mecanismo que provocará un aumento de la temperatura por encima de los valores tolerables lo que acarrearía un cuadro con sintomatología neurológica (vómitos, mareo, dolor de cabeza, diarrea, visión borrosa, etc.) riesgosa para la vida humana.

Habiendo hablado a grandes rasgos del mecanismo fisiológico del movimiento durante el ejercicio, es necesario ir a la parte práctica. Hay factores inherentes a la vestimenta, que por más que parezca obvio siempre es bueno recordar: un calzado acorde a la situación, medias, jogging o short (dependiendo la estación), remera o sudadera.

La ropa preferentemente deberá ser de colores claros y de algodón. También elementos que sean de utilidad para secar la transpiración. Además, utilizar gorro si se va a trabajar en el sol, aunque no es recomendable en los horarios donde la radiación es más fuerte (entre las 10:30 y las 15:30). En caso de estar practicando deportes, los elementos complementarios que se disponga (vendas, canilleras, protectores bucales, etc.).

Como ya se mencionó, hay que hidratarse, antes, durante y después del ejercicio. Además de agua se sugiere consumir bebidas isotónicas para equilibrar el nivel de electrolitos (minerales que colaboran con el transporte de nutrientes y energía hacia los tejidos). Durante la actividad se pierde mucha agua y sales, por lo tanto, es importante tener a disposición para evitar complicaciones que generen una desestabilización del mecanismo termorregulador del cuerpo.

Yendo más al aspecto físico, se recomienda hacer entradas en calor de corta duración. Disminuir la intensidad de los ejercicios. Prestar atención a cualquier síntoma de los mencionados con anterioridad como también otros que tendrían que ver con el funcionamiento cardiovascular. El calor predispone la hipotensión arterial. También es importante hacer pausas con más frecuencia para hidratarse. Que el clima no se convierta en un factor limitante, hay que aprender la forma de hacer nuestras actividades de forma adecuada y vencer el sedentarismo.
Nota de la Redacción: Artículo publicado en el Material Educativo de Icarus Centro de Salud & Longevidad, para pacientes del Pios-Pec y Pios-Pec PER, correspondiente a noviembre de 2022, cedido para la publicación en AIM.