Un informe global advierte que el 73 por ciento de los adultos en el país tiene un IMC elevado, lo que aumenta el riesgo de enfermedades graves. De no tomarse medidas urgentes, se proyecta un crecimiento alarmante para 2030.
La obesidad se ha convertido en una epidemia silenciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo. En Argentina, el 40 por ciento de la población ya padece esta condición, mientras que el 73 por ciento de los adultos presenta un índice de masa corporal (IMC) elevado. Así lo revela el informe World Obesity Atlas 2025, que advierte sobre el impacto creciente de esta enfermedad.
Según el estudio, la cantidad de argentinos con sobrepeso y obesidad sigue en aumento. Para 2030, se estima que más de 26 millones de personas en el país tendrán un IMC alto, lo que incrementará significativamente el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Este problema no solo afecta la salud individual, sino que también sobrecarga el sistema sanitario.
El informe de The Lancet refuerza esta preocupación al analizar la evolución global de la obesidad desde 1990. Según sus proyecciones, en 2050 más de 3.800 millones de adultos en el mundo vivirán con sobrepeso u obesidad, con América Latina como una de las regiones más afectadas. Ocho países ya concentran la mayoría de los casos: China, India, Estados Unidos, Brasil, Rusia, México, Indonesia y Egipto.
Entre los factores que impulsan esta crisis se destacan la mayor disponibilidad de alimentos ultraprocesados y el descenso en los niveles de actividad física. Especialistas coinciden en que la solución no pasa solo por perder peso, sino por un enfoque integral que incluya cambios en la alimentación, promoción del ejercicio y políticas de salud pública más efectivas.
De no tomarse medidas urgentes, las cifras seguirán en ascenso y el impacto será aún más grave en las próximas décadas. La obesidad ya es un problema de salud global y Argentina no es la excepción.

Dejá tu comentario sobre esta nota