El insomnio crónico es el trastorno de sueño más común en la sociedad y se trata de la disminución de la capacidad que tenemos para dormir. Es decir, la dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo.
Esto provoca un cansancio constante en nuestro organismo ya que no conseguimos descansar. Esta carencia ocasiona problemas en nuestro desempeño laboral y afecta a nuestra calidad de vida ya que nos encontramos somnolientos durante el día.
Aunque la mayoría de los adultos necesitamos entre unas 7-8 horas para descansar, las horas de sueño necesarias varían según cada persona. Hay quienes con solo 4h se sienten llenos de energía, los llamados ‘’poco dormidores’’, y quienes necesitan 10h diarias para afrontar la vida cotidiana, los denominados ‘’grandes dormidores’’.
La ausencia de sueño se presenta en distintas formas, por lo que podemos hablar de varios tipos de insomnio:
1. Insomnio de mantenimiento: es cuando tenemos dificultad para mantener el sueño de forma continua mientras dormimos, es decir, nos despertamos varias veces o madrugamos involuntariamente siendo incapaces de volver a dormirnos.
2. Insomnio de inicio: como su nombre indica, es cuando tenemos problemas para dormirnos al principio de la noche, tardando media hora o más. Esta situación es bastante molesta por lo que llega a causar irritabilidad y ansiedad.
Estos dos tipos de insomnio se pueden presentar a corto o largo plazo. El insomnio a corto plazo, también denominado agudo o temporal, dura unos días o semanas, y suele aparecer por exceso de estrés. El problema viene cuando ese insomnio se prolonga a lo largo del tiempo, es decir, insomnio crónico, llegando a durar meses e incluso años.
Debemos saber que el insomnio puede ser el problema principal o estar vinculado a otras afecciones o enfermedades, por lo que debemos conocer la causa del problema para curar el insomnio y erradicar sus consecuencias en nuestro día a día y no entrar en un círculo vicioso de preocupación y malestar.
Causas del insomnio crónico
Existen varios factores relacionados con los problemas para conciliar el sueño. Dentro de las causas médicas podemos identificar alteraciones hormonales, metabólicas, digestivas, cardiovasculares, urológicas o cefaleas, así como trastornos psiquiátricos como depresión, esquizofrenia o ansiedad, entre otros.
En cuanto a las causas externas, el insomnio se vincula frecuentemente con los factores ambientales que afectan negativamente a nuestro descanso como pueden ser el abuso de sustancias, medicamentos, malos hábitos, jet lag, etc…
Son muchos los jóvenes cuya causa de insomnio se vincula directamente con un incorrecto aprendizaje del hábito de dormir durante su infancia, lo que se conoce como insomnio idiopático.
Otra causa muy común es aquella relacionada con una alta preocupación por el problema del sueño, el denominado insomnio psicofisiológico. Este tipo de insomnio es muy llamativo ya que es la propia persona la que ocasiona el problema, ya que es cuando realiza grandes esfuerzos para dormir cuando más le cuesta y, sin embargo, cuando no lo piensan mucho es cuando logran dormirse rápidamente y sin dificultad. Suelen ser las personas muy perfeccionistas y exigentes las que padecen este insomnio por querer mantenerlo todo bajo control sin éxito alguno.
Por todo lo anterior, sea cual sea tu caso, te recomendamos identificar la causa para curar el insomnio y conseguir descansar lo necesario para afrontar tu vida diaria. Rompe el círculo de insomnio cambiando aquellos factores que afectan a tu descanso. Acaba con tus pensamientos negativos y de preocupación.
La mayoría de expertos aconsejan seguir las siguientes recomendaciones para combatir el insomnio crónico:
· Regular los horarios de sueño
· Usar la cama solo para dormir
· Evitar las siestas
· Acostarnos solo cuando tengamos sueño
· Mejorar nuestro estilo de vida (alimentación y ejercicio)
· Controlar nuestra preocupación respecto al sueño
Siguiendo los anteriores consejos para curar el insomnio podrás mejorar tu descanso y conseguir que el insomnio crónico no afecte a tu salud y bienestar general. Evita automedicarte y acude a un especialista. Recuerda que cada caso es distinto por lo que no todas las terapias o medicamentos valen.
Ncyt.-
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