Los científicos saben desde hace tiempo que las vitaminas del grupo B, y en especial la vitamina B12, llamada asimismo cobalamina, por su contenido de cobalto, son necesarias para que el cerebro de los seres vivos funcione correctamente, así como el resto del sistema nervioso, entre otras funciones.
La cobalamina no se produce de forma natural en el ser humano, y de hecho, tampoco en el resto de animales y plantas, como tampoco en los hongos. Su síntesis requiere unas enzimas que solo tienen las bacterias y las archaeas. Debido a la simbiosis bacteriana, podemos afortunadamente encontrar cobalamina en muchos alimentos que ingerimos, de modo que podemos así obtener la dosis necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro cerebro.
En la actualidad, gracias a procesos de fermentación bacteriana, se puede producir cobalamina industrialmente. En caso de déficit se puede compensar con una dieta apropiada o con la toma de suplementos específicos.
Ahora, unos investigadores del cerebro en Orygen, el National Centre of Excellence in Youth Mental Health, han llegado a la conclusión de que las personas que experimentan un primer episodio de psicosis podrían beneficiarse de este tipo de vitaminas para mejorar su concentración.
Un estudio encabezado por los doctores Colin O'Donnell y Kelly Allott ha explorado el impacto que supondría incrementar el consumo en una persona de las vitaminas B12, B6 y B9, en vista de otros estudios en pacientes con esquizofrenia que revelaron que un mayor consumo de tales vitaminas podía disminuir los niveles de un aminoácido llamado homocisteína, lo cual mejoraba sus síntomas.
En efecto, niveles elevados de homocisteína en personas con esquizofrenia tenían asociados síntomas más graves. Las investigaciones confirmaron que la toma de cobalamina y de otras vitaminas del grupo B reducía tales niveles y mejoraba los síntomas, así que se decidió comprobar qué ocurría si se suministraba cobalamina a pacientes que experimentaban su primer episodio de psicosis.
Un primer episodio de psicosis puede ser el paso previo a desarrollar esquizofrenia, pero los síntomas psicóticos podrían estar también asociados con trastorno bipolar y depresión severa.
En el estudio participaron 100 personas jóvenes a las que se asignó aleatoriamente la recepción de suplementos de cobalamina y de otras vitaminas del grupo B, o un placebo, una vez al día, durante 12 semanas. Durante ese periodo, se midieron los niveles de homocisteína, los síntomas y el funcionamiento cognitivo (memoria, atención, lenguaje, y capacidad de aprendizaje). Los resultados se publicaron en la revista Biological Psychiatry.
Estos resultados muestran que los participantes que recibieron suplementos de cobalamina y de otras vitaminas del grupo B se desempeñaron mejor a la hora de completar tareas de concentración y atención a lo largo de las 12 semanas que aquellos que recibieron solo placebo.
Eso indica que la cobalamina y las otras vitaminas B podrían tener un efecto neuroprotector. Aunque no mejorasen las habilidades de concentración del paciente, podrían estar protegiéndolos para que no empeoren.
Ncyt.-
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