Es ideal para regenerar la piel expuesta al sol, aliviar irritaciones, cicatrizar heridas y tratar el acné. Descubre cómo aprovechar sus propiedades.
Puede que te parezca que la popularidad del aloe vera es algo reciente y hasta la Nasa lo emplea como protector frente a tóxicos y radiaciones. Pero se dice que Cleopatra ya lo empleaba en su rutina de cuidados diarios. Alejandro Magno curaba con él sus heridas y las de sus tropas en las campañas militares. Y los egipcios lo utilizaban para embalsamar sus momias.
Algo tendrá el aloe vera para haber recorrido el largo camino de la historia protegiendo y curando la piel de hombres y mujeres.
El aloe vera, también conocido como Aloe barbadensis Miller, crece en las condiciones más adversas, incluso en el desierto. Sus hojas emergen de los suelos arenosos aprovechando al máximo el agua de la lluvia, que almacenan en hojas suculentas. Ese preciado zumo de su interior se conoce como acíbar.
Aunque a primera vista la planta pueda parecer un cactus, está más emparentada con la familia del ajo, la cebolla o el lirio. Procede de África y hoy también se cultiva con gran éxito en el sur de la península Ibérica y en Canarias.
Cómo utilizar el aloe vera para la piel
La fama del aloe se debe sobre todo a su capacidad para regenerar la piel, curar irritaciones, eccemas, acné y, en algunos casos, incluso para paliar la psoriasis.
Aloe para las heridas
Aplicado sobre la piel erosionada posee un efecto regenerador, antiséptico, analgésico. Por su poder astringente tiene también un efecto hemostático, que detiene la hemorragia.
El aloe resulta, por tanto, muy eficaz tras la depilación, el afeitado o para quemaduras, rozaduras y pequeñas heridas. Favorece la cicatrización, acelerando este proceso y evitando la formación de queloides.
Cómo curar una herida con aloe vera:
Para facilitar la cicatrización de heridas aplícatelo directamente. Tras lavar y desinfectar la herida, con un cuchillo también desinfectado corta una hoja externa de la planta (son las más viejas y las que concentran más principios activos).
De ella extrae la pulpa, con cuidado para no llevarte parte de la corteza, que resulta irritante.
Colócala sobre la herida, sujetándola con una venda si es necesario.
Gracias a sus propiedades antisépticas, analgésicas y cicatrizantes te aliviará, acelerará la cicatrización y aminorará el tiempo de curación.
El aloe como protector solar
El aloe vera combate los efectos perniciosos del sol. Si te lo aplicas antes de la exposición, puede absorber las radiaciones solares, aunque nunca deberías utilizarlo para sustituir un protector solar de factor alto, en el caso de una exposición prolongada al sol.
Después de tomar el sol, resulta muy útil por su poder regenerador y antiséptico y, si te lo aplicas de manera continuada, puede aclarar las manchas solares.
Aloe para la cara de piel grasa
El efecto antibacteriano y astringente del aloe vera y su capacidad para eliminar los depósitos grasos de los poros, lo hacen ideal para tratar las pieles grasas y el acné. Pero por lo mismo se debe tener cuidado con él si se tiene la piel seca.
Aloe para las llagas en la boca
Por estas mismas cualidades, utilizado en enjuagues, el zumo de aloe puede curar pequeñas llagas. También puede ser útil en la gingivitis y acelerar el proceso de curación tras una extracción dentaria.
Cómo elegir un aloe vera de calidad
Como algunas de las plantas singulares que se han puesto de moda, el aloe se emplea como reclamo en detergentes, lavavajillas, suavizantes y múltiples productos. Pero no siempre se encuentra en cantidad suficiente, correctamente formulado y sin estar asociado a sustancias químicas no deseables.
Hay que tener en cuenta que la planta de aloe presenta hojas con una mayor concentración en principios activos a partir del segundo año de vida, por lo que no es suficiente encontrar aloe en la composición de cualquier producto, sino que se debe tratar de conocer su calidad.
Esto no resulta fácil y por ello son útiles los certificados como el Iasc (International Aloe Science Council) o los propios de la cosmética natural Ecocert o Bdih que avalan una buena calidad.
Cómo cultivar aloe vera en casa
Tener un aloe en casa es sencillo, pues requiere pocos cuidados. Lo más sencillo es conseguir un hijuelo de otra planta ya crecida, tuya o que te pueda pasar alguien.
En una maceta con tierra arenosa, planta uno de los hijuelos de la planta madre.
Asegúrate de colocarla en un lugar que reciba abundante luz.
Riégala poco y, en invierno, resguárdala de las heladas.
Cómo se extrae el jugo de la planta
Es importante que el proceso de extracción del acíbar se haga en condiciones especiales. Para ello se deben cortar las hojas más viejas de la planta e, inmediatamente, comenzar a procesarlo a temperaturas inferiores a 5 ºC. Luego se estabiliza y prepara en zumo, gel puro, crema, loción, champú, etc.
El aloe no debe considerarse una panacea, pero tiene una demostrada capacidad reepitalizante muy útil.
Fuente: Cuerpo Mente.-
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