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Caleidoscopio
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Artistas presentaron los resultados de su Programa doméstico

Se presentó Un día en la casa, ensayos para un programa doméstico en Casa Boulevard, registró AIM. La muestra que reunió el trabajo de 14 artistas es el resultado de los procesos de producción realizados en el taller que coordina Raquel Minetti.

Expusieron Andrea Fontelles, César Bernardi, Fernanda Alberto, María Jesús Álvarez, Florencia Sabattini, Karen Spahn, Fernanda Álvarez, Lorena Cabello, Natalia Garay, Pola Ortíz, Sara Van Dembroucke, Silvina Fontelles, Walter Musich y Verónica Moreira.

El espacio Casa Boulevard anoche abrió sus puertas al público para mostrar los trabajos de artistas provenientes de artes visuales, danza, teatro y escritura. La propuesta se presenta desde lo multidisciplinar: desde el video, la instalación, pintura, performance, textiles, entre otros formatos. Las producciones son el resultado de distintos ejercicios de pensamiento, discusión y reflexión sobre la práctica artística que se realizaron en la clínica de obra Programa doméstico. La exposición dejó a la vista la riqueza de la experiencia de trabajar colectivamente y de permitirse traspasar ciertos límites técnicos y modos de llevar a cabo los procesos más tradicionales. El resultado de este tipo de espacios de formación muestra la heterogeneidad de miradas, conceptos y búsquedas personales de cada artista hacia un espacio grupal e integrado anclado en el arte contemporáneo.

La experiencia de clínica se entiende desde el análisis personal sobre la propia práctica; de nombrar lo que uno siente o desea y en ese ejercicio de hallar las palabras se va construyendo la obra. El momento de compartir lo íntimo, lo sensible, muchas veces pone a los artistas en lugares incómodos, de malestar, inhibición y por ello requiere un acompañamiento, un sostén desde lo colectivo. “Al principio me pareció interesante, después tuve un proceso de resistencia, después un proceso de volverme a enamorar del proyecto”, compartió Silvina. Esta experiencia de discusiones y producción junto a otros que se extendió durante seis meses, un encuentro al mes, permitió a los artistas pensar en aquello que los atraviesa desde su entorno, sus trayectorias y emociones más profundas. Es a partir de estas reflexiones que aparecieron modos de contar lo íntimo; desde la metáfora, la poética de la obra y crear nuevos sentidos, que la idea trascienda más allá de la propia experiencia. Como contó Sara: “Y en eso hay distintas etapas, momentos incómodos, más inciertos y ahora que estoy al final del recorrido puedo ver eso: que todos nos sacudimos y todos brotaron (...) El grupo es en lo que uno descansa y toma fuerza”.

La riqueza de estos espacios está en la posibilidad de encontrarse con otras miradas y otras voces que aportan algo nuevo a la obra, a lo que el artista dimensiona en su individualidad. Como dijo Walter, en esta heterogeneidad: “Hay armonías, hay tensiones, hay conflictos internos. Tal vez algunos con un objetivo más claro, o una propuesta pre elaborada y más clara, pero igual el cómo llevarlo a la forma, al color, al movimiento, al sonido, eso me pareció que para todos fue un desafío y un proceso no necesariamente lineal”. Este modo de vivenciar el encuentro fue un sentimiento compartido por muchos de los participantes: como manifestó Verónica fue “mucho de pensar y sentir no solo la obra propia sino conectar con la obra de les compañeres que de hecho después uno se da cuenta que termina estando todo conectado”. “Un caldero enorme donde todos cocinamos nuestros platos suculentos. Cada uno con los ingredientes que teníamos cada uno más profundos, los ingredientes más a la vista y los ingredientes más guardados fueron saliendo”, afirmó Fernanda; un espacio para “descubrir momento a momento todos los detalles, todos los gestos, mínimos. Entonces es algo íntimo pero a la vez es de todos”, remarcó Natalia, o como mencionó María Jesús, “sentirse nutrida por todo el ida y vuelta que se va dando clase a clase y sobre todo porque en el campo de las artes visuales hay un trabajo bastante individual y solitario y en este caso hay un sostén grupal y un enriquecimiento grupal”.

Para otros la experiencia se volvió un motor para destrabar y continuar con ideas que vienen de producciones anteriores ya sea desde un tema medular que se vuelve recurrente y aparece en otras formas y contextos; por destrabar ciertos obstáculos que tenían a la hora de producir, resolver inquietudes o tensiones, o como le sucedió a Florencia: la experiencia le hizo sentirse “muy acompañada para pensar, para inventar y para salir, para ir hacia la aventura a lugares desconocidos en mi obra”.
En la propuesta de trabajo de Programa doméstico resultó fundamental el rol de la docente al momento de abrir caminos y de generar un seguimiento que no alejen al artista de su propia experiencia, que realmente lo involucren en su pensamiento, en su discurso y en su necesidad de hacer visible algo de lo que está oculto. Para esto fue necesario que se habilite la palabra desde la escucha. Karen rescató el trabajo de Raquel “sobre todo la claridad y la firmeza que ella tiene de orientar los procesos creativos que me parecen muy importante y de poder ver más allá de hacer las preguntas adecuadas”.

El cierre del Programa -con una exposición abierta a la comunidad- resultó muy importante porque permitió pensar la puesta en común, la memoria de la obra, la construcción de los espacios con sus diferentes montajes. Fue la posibilidad de materializar un proceso y abrir camino hacia nuevas ideas; un nuevo estímulo para seguir pensando, creando y profundizar en los conceptos. Hacer una muestra fue, para Florencia, la posibilidad de mostrar lo que uno hace con los otros: “Ver el trabajo de otros desde la génesis y ayudar a que eso también tenga la forma definitiva me organiza a mí y aprendo mucho de cada proceso de las otras personas”.

Las repercusiones que tuvo la muestra y el espacio de Casa Boulevard por tener un área de artes visuales -coordinada por Julia Acosta, acompañada de Verónica Moreyra y Paola Nerina- fue muy positivo que ya empiezan a circular las voces para preparar un nuevo Programa doméstico en 2022. La gestora del espacio cultural, Silvina Fontelles, afirmó que resulta importante: “Ver de qué otra manera nosotros podemos recuperar ese universo del público que se acerque a las obras plásticas, que consuma arte, que divulgue arte, pero bueno, lo de anoche fue sumamente alentador.

*Por Valentina Bolcatto, Licenciada en Artes Visuales, Uader.

Programa domestico arte muestra

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