En 2005 el congreso del Paraguay aprobó una norma que concedía a Estados Unidos inmunidad para ejercicios militares que se iniciaron con 400 soldados yanquis. Algunos sospecharon que estaba en marcha la recolonización de Nuestra América recomendado por el consejero Znoviev Brezinski cuando advirtió al presidente James Carter que el imperio mundial norteamericano ya no sería posible ante el avance chino, que habían menospreciado.
Ese año de 2005, la periodista y socióloga argentina Stella Calloni aseguró que una presunta base militar en el Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Uruguay, en la zona de las cataratas con Foz de Iguaçú, Puerto Iguazú y Ciudad del Este, era uno de los golpes más fuertes descargados por Washington sobre el Mercosur, que podría ser el germen de los Estados Unidos de Sudamérica.
Según la norma aprobada por el congreso para aquellas maniobras, que tendrían el objeto de entrenar a los soldados paraguayos, las tropas estadounidenses podían entrar y salir, transportar armamentos y medicamentos y actuar en cualquier lugar del territorio sin nuevas autorizaciones. Los privilegios otorgados a los soldados, incluían la liberación aduanera sobre la importación y exportación, y la exención de inspección e impuestos locales para los productos, propiedades y materiales.
También se les reconocería automáticamente las matrículas médicas y las licencias de conducción de vehículos que traigan de su país.
En el debate de la autorización, un senador paraguayo hizo notar que a cualquier ciudadano paraguayo que ingrese en Estados Unidos se le revisa hasta los intestinos. Era una referencia práctica al trato muy diverso que los Estados Unidos dispensan a sus ciudadanos de una parte y a los del "patio trasero" por otra.
Entonces tuvo mucha circulación un proyecto gestado en Washington desde tiempo antes para instalar un asentamiento militar en la Triple Frontera argentino- brasileña-paraguaya, en el Brasil Foz de Iguaçú, en la Argentina Puerto Iguazú y Ciudad del Este en el Paraguay. La naturaleza es maravillosa allí; es el centro de la mayor reserva de agua dulce del mundo, el acuífero Guaraní, que garantiza a la actual población del mundo, por 180 años, un promedio de 100 litros de agua por persona.
Pero también, como suelen ser los sitios fronterizos florecen diversos delitos, bien conocidos en todas partes, pero concentrados allí por la facilidad de paso de una jurisdicción a otra. Las denuncias aluden al tráfico de drogas y armas, al contrabando, la falsificación de documentos y dinero y el blanqueo de capitales.
Pero el delito que interesaba a Washington era la financiación del terrorismo, que fue colocado por la doctrina militar estadounidense como un justificativo para la acción militar contra otros Estados.
Esa justificación es la que permitió a Rusia, en la guerra con Ucrania, encuadrar el ataque al puente de Crimea como un acto terrorista que justifica la guerra, lo mismo que el ataque con drones a la base naval de Sebastopol.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, repudiado por su partido, el Frente Grande del Uruguay por complicidad con el interés estadounidense, había remarcado que la Tripe Frontera es conocida desde años antes como "una fuente de financiamiento de Hezbolá”.
Hezbolá, o "partido de Dios", de Hizb, partido, y Allah, dios, es una organización política y militar fundada en el Líbano en 1982 para luchar contra el estado de Israel. Está considerada terrorista por muchos países occidentales, pero de resistencia legítima en el mundo árabe.
La presencia en la Triple Frontera de una fuente de financiación de Hezbolá fue una justificación para la instalación de una base militar norteamericana, como las nueve que hay en Colombia para luchar contra el narcotráfico y las plantaciones de coca, que por lo visto hasta ahora no han tenido mucho éxito.
Para qué te quiero base
Estados Unidos tiene 6.000 bases militares en su territorio y cerca de 1000 en otros 135 países, 76 de ellas en América Latina. El objetivo estratégico de las bases en siempre garantizar la disponibilidad de los recursos naturales del mundo para los Estados Unidos, y en el caso de Rusia y China, rodear al enemigo con una fuerza militar demoledora.
Hace algunos años, se conoció un plan estratégico para atacar a Rusia simultáneamente desde todas las bases que la rodean con misiles de crucero, de modo de destruirla antes de cualquier reacción.
La respuesta vino de un general ruso retirado: más barato y tranquilo es rodear a los Estados Unidos en sus costas de bombas atómicas "dormidas", a la espera de una señal para detonarse; o los drones marinos "Poseidón", que lanzados desde un submarino son capaces de generar mediante detonaciones nucleares olas de 100 metros de altura que sepultarían a todas las ciudades estadounidenses de ambas costas. El hecho de que la civilización norteamericana está radicada en las costas oceánicas jugaría en contra en este caso.
El pedido urgente de explicaciones quedó en cierta ambigüedad: ni sí ni no, todo era responsabilidad del general que dio la novedad y que no agregó detalles de las bombas dormidas, porque del Poseidón se volvió a hablar ahora con motivo de la guerra de Ucrania.
El presidente George Walker Bush dijo en 2002 que las bases militares de su país en el extranjero son “uno de los símbolos más profundos del compromiso estadounidense con nuestros aliados y amigos”.
En 1999 Estados Unidos desocupó la base Howard en el canal de Paraná, como resultado de un acuerdo, pero poco después instaló otras 12. En El Caribe, una zona ocupada donde las tropas estadounidenses acaban de invador Haití otra vez, está la base Guantánamo en Cuba, una docena en Puerto Rico; la de Comalapa en El Salvador; hay ocho bases en Perú.
A principios de este siglo Estados Unidos instaló otras bases en la isla de Aruba y en Curazao, como respuesta a las negativas de Venezuela de permitir bases en su territorio. Cuando Holanda ocupó esos territorios en 1634 su finalidad declarada fue flanquear las costas venezolanas y facilitar incursiones contra ellas para el tráfico de esclavos, pero ahora es para controlar el narcotráfico. Todo el poder militar parece insuficiente con ese fin, porque los Estados Unidos son el mayor consumidor de narcóticos del mundo y su llegada al país no parece aumentar a medida que crecen las bases militares.
En 1998 Argentina se convirtió en "Aliado Especial Extra Otán" de los Estados Unidos y luego permitió la construcción de una base militar en Neuquén, muy cerca del yacimiento de Vaca Muerta.
De paso: la Constitución argentina prohíbe la instalación en su territorio de bases militares extranjeras, con el pretexto que sea, incluso la "ayuda humanitaria" como la de Neuquén.
De la Redacción de AIM.
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