El primer ministro de Economía del Proceso, José Alfredo Martínez de Hoz, dijo cuando ejercía el cargo designado por militares golpistas que nunca las materias primas deben ser limitantes de la actividad económica.

Es decir, la explotación de la Tierra no debe tener límites, ni morales ni políticos ni de ninguna clase. El punto de vista de Joe reproducía en la colonia del Sur el de sus mentores en la metrópolis del Norte: el Departamento de Estado había previsto en documentos reservados limitaciones debidas al crecimiento de la población en los países del tercer mundo: "un asunto de máxima importancia" para la provisión de materias primas para los Estados Unidos.
Si crecía demasiado la población pobre del mundo, consumiría una parte importante de las reservas que el Destino Manifiesto dispuso para uso y abuso de los Estados Unidos.

Era preciso controlar la natalidad de los pobres de los países del Tercer Mundo para mantener siempre disponibles recursos y materias primas potencialmente utilizables.
Como los Estados Unidos son "una potencia moral" según una caracterización “blanda”, complaciente, deben "minimizar las acusaciones de actitud imperialista" (palabras de Henry Kissinger, secretario de Estado con Nixon y Gerald Ford).

La publicidad machacona y ubicua debe afirmar puertas afuera que el apoyo a las "actividades demográficas" deriva de una preocupación por: a) El derecho del individuo a determinar libre y responsablemente el número y el espaciamiento de sus hijos. b) El desarrollo fundamental, social y económico de los países pobres.

El departamento de Estado parece cínico, pero hay que recordar que los documentos, ahora desclasificados, iban dirigidos a una minoría ínfima que conocía el paño. Contienen un "núcleo duro" y una "envoltura blanda". El núcleo duro es la finalidad de limitar la cantidad de consumidores de recursos naturales en países pobres por la guerra, la esterilización, la miseria, el hambre o lo que sea.

La envoltura blanda es la presentación del mensaje para el gran número de ciudadanos, a los que no se les debe ocurrir nunca penetrar los secretos políticos ni intervenir en la toma de decisiones.

La función de la mayoría embotada no es reemplazar en el gobierno a la minoría despabilada, sino asentir y consentir en que los Estados Unidos se proponen preservar los derechos de los pobres del extranjero y ayudarles a decidir su estructura familiar.

El periodista y politólogo neoyorquino Walter Lippmann opinaba que en su país el público que vota vive en un mundo que no puede ver, no entiende y es incapaz de dirigir, y no pretendía cambiar las cosas, que según él estaban bien en manos de la "élite responsable".

En realidad, las notas desclasificadas exponen el núcleo duro que sirve a las necesidades del capital financiero, a cuyo servicio está el Departamento de Estado como antaño la Royal Navy y el Foreing Office servían los intereses de los comerciantes ingleses por el mundo.

Dictadura y dictablanda
La contraposición de "duro" y "blando" con valor propagandístico no es nueva. La esgrimió por ejemplo el dictador Miguel Primo de Rivera, padre de José Antonio, en la segunda década del siglo XX en España, cuando dijo que no ejercía una dictadura sino una "dictablanda". La frase fue reproducida luego por el dictador chileno Augusto Pinochet -que tanto debia a Kissinger- sin mención de autor.

La finalidad del núcleo duro es que los pobres se mantengan pobres o aumenten su pobreza, lo que no les permitirá consumir demasiados recursos.

Recursos estratégicos en los bailes de Laura
Esta política es tan invariable como puede ser; se mantiene actual y ya no parece necesario disimularla en momentos de un enfrentamiento abierto con Rusia en Ucrania con China de fondo. Son significativas las declaraciones recientes de la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, generala Laura Richardson para la revistra Atlantic Council.

La jefa militar se refirió a la riqueza de recursos naturales de América Latina como cuestión imperial, de seguridad nacional estadounidense, ya que el imperio pone las fronteras donde le conviene.

"¿Por qué es importante esta región?" se preguntó Laura en la entrevista. Y se contestó: "El 60 % del litio del mundo se encuentra en el triángulo de litio: Argentina, Bolivia, Chile".

Además, la región tiene "las reservas de petróleo más grandes, incluidas las de crudo ligero descubierto frente a Guyana hace más de un año. Venezuela "tiene petróleo, cobre, oro; la Amazonia es el pulmón del planeta y el 31 por ciento del agua dulce del mundo está en América Latina".

La generala admitió que los EE.UU. tienen "mucho por hacer" en América Latina -además de lo mucho que ya hicieron- porque la región es parte de la seguridad nacional, y también en ella debe desplegar su juego en la disputa con Rusia y China.

La salud ante todo
Por otra parte, también dentro de los intereses estadounidenses en el mundo, las adolescentes de los países periféricos reciben "vacunas" que tienen la doble función de defenderlas de algunas enfermedades y de esterilizarlas.

Sin que ellas lo sepan, el imperio está defendiendo su derecho a "espaciar los nacimientos" expresión que significa aunque parezca lejana "defender recursos naturales para los Estados Unidos".

En mala hora vinieron a interferir acontecimientos no queridos: La India y la China se han escapado de las manos y están consumiendo en grandes cantidades recursos estratégicos norteamericanos.

Este tipo de documentos, desclasificados a los 50 años, son conocidos en todo el mundo gracias a la divulgación que comenzó Noam Chomsky, que por publicarlos con explicaciones fue considerado "una mente enferma" por agentes que, ellos sí, expresaban los puntos de vista del gobierno.
De la Redacción de AIM.