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Caleidoscopio
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La burocracia moderna es la clase social dominante
La burocracia moderna es la clase social dominante

La burocracia dominante

Carlos Pérez Soto es profesor de física por la Universidad de Chile, pero se dedicó sobre todo a la filosofía y temas tan disímiles como la antipsiquiatría y la historia de la danza. Pérez Soto se funda en Marx y en Hegel para construir una teoría que considera que la burocracia moderna es la clase social dominante y no ya a la propietaria de los medios de producción. Trata de responder a la pregunta de cómo la burocracia ha llegado a su poder actual.

En síntesis, considera a la burocracia una clase social por su manera de operar: actualmente hay un bloque de clases burgués-burocrático, que usufructúa del producto social mediante ciertos mecanismos de legitimación.

La burguesía fue capaz de usufructuar con ventaja el producto social materialmente porque controló la división del trabajo, pero desde el punto de vista de la legitimación porque convirtió el control de la división del trabajo en propiedad privada de los medios de producción.

Pérez Soto distingue dominio material de legitimación. La burocracia, dentro del capitalismo, logró controlar la división social del trabajo, que pudo quitar progresivamente a la burguesía.

Los burócratas no son propietarios de los medios de producción, de modo que no fundan en eso su dominio, sino en su pretensión de saber.

Ejercen el poder burocrático y usufructúan el producto social, pero no son súperricos como Bill Gates. Sí son ricos porque sus ingresos son muy superiores al medio. Si multiplicamos los ingresos de los miles de burócratas que hay en el mundo, resulta que el poder burocrático se lleva una torta enorme.

Pérez Soto considera que pagamos a los burócratas capitalistas con ventaja para ellos porque dicen que saben y construyeron los mecanismos de legitimación de la pretensión de saber: las universidades, donde se forman los burócratas.

Ellos han logrado que les paguemos salarios mayores que el costo de su fuerza de trabajo, y la diferencia es retirada del producto social: son una clase explotadora
La pretensión de saber que caracteriza a los burócratas como nueva clase dominante es un sistema. El sistema de saber consiste en hablar "en difícil", usar un lenguaje artificiosamente técnico, presentarse como formados en Oxford o Harvard o como "Chicago Boys": nimbarse de un aura del saber para aprovechar sus efectos concretos sobre la realidad.
Por ejemplo, los psicólogos pretenden disponer de un saber que logra modificar el comportamiento de los pacientes, pero no porque los conozcan sino porque los pacientes les atribuyen un cierto saber que actúa sobre ellos con un efecto placebo.

Los ministros de Economía pueden no tener ningún conocimiento del funcionamiento económico, pero la gente cree que lo tiene y así la cosa funciona. Se informa a la gente que hay una explicación científica del funcionamiento de la economía y que el que tiene el conocimiento de la teoría es el ministro de Economía.

La consideración al uso suele ser que hay problemas que no son políticos sino técnicos y deben ser resueltos por técnicos, como acontece con los infectólogos que dictan normas sobre cómo tratar la pandemia de Covid 19, y que no son discutibles porque a través de ellos habla el conocimiento "verdadero".

Las ciencias sociales son el núcleo del discurso de la pretensión burocrática de saber. Existen desde el siglo XIX, cuando los saberes de la modernidad emergieron como poder burocrático.

La crítica de las ciencias sociales esencial. Ellas son el fundamento del poder burocrático, por lo que criticarlas es criticar la legitimación del usufructo burocrático.

Los burócratas no saben lo que dicen saber, y menos los teóricos políticos. Ellos saben sí construir una memoria sesgada que permite adjudicar éxitos a ciertos modelos dirigidos de manera técnica.

Es necesario criticar los fundamentos del saber burocrático, porque las ciencias sociales son hoy la Ilustración del siglo dieciocho en el poder.

Pérez Soto considera a Hegel como el gran filósofo antiilustrado, un crítico radical contra la Ilustración, que supo ver los límites del individualismo cuando todavía no había ningún estado liberal en el mundo.

La lógica de Hegel es su crítica contra la Ilustración, porque permite demoler los fundamentos de las ciencias sociales modernas.

En la fenomenología del Espíritu, obra compleja como pocas, Hegel mostró su lucidez sobre los límites del liberalismo. Explícitamente dijo que es imposible fundar la sociedad en la voluntad individual, porque las voluntades individuales son contrapuestas y sólo con capaces de generar el caos, el "reino animal del espíritu".

Y esto porque el pueblo es lógica y ontológicamente anterior a la realidad de los individuos. La libertad individual, en que Hegel creía plenamente, debía equilibrarse con la comunidad, sin la que no hay sociedad.
De la Redacción de AIM.

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