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Caleidoscopio
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El 23 de octubre de 1811 comenzó el Éxodo
El 23 de octubre de 1811 comenzó el Éxodo

La Redota: El éxodo del pueblo oriental

La Junta Grande que gobernaba Buenos Aires negoció en 1811 con el virrey Francisco Javier De Elío un armisticio, con el pretexto de disponer de fuerzas para enviar al Alto Perú, que dejó en muy mala situación a las tropas de Artigas que sitiaban Montevideo, y que se vieron sin respaldo porteño. El 23 de octubre de 1811 comenzó el Éxodo del pueblo Oriental.

Artigas había vencido a los realistas de De Elío en la batalla de Las Piedras, y los había dejado encerrados en Montevideo, sin poder salir al campo, con comunicaciones solo por mar. Pero el armisticio devolvía a De Elío toda la campiña oriental y parte de Entre Ríos.

El ejército de Artigas debió levantar el sitio de Montevideo tras el retiro de las tropas porteñas al mando de Rondeau como consecuencia del armisticio.

Artigas había sido designado Jefe de los Orientales en una reunión realizada en la Chacra de la Paraguaya. Su gente lo siguió cuando acató la orden de levantar el sitio y también cuando decidió marcharse a una región donde la influencia de De Elío no se hiciera sentir, al Ayuí, en Concordia, porque el armisticio entregaba todo el sur de Entre Ríos a los realistas.

El 23 de octubre de 1811 comenzó el Éxodo del pueblo Oriental. La columna del éxodo partió de los montes del río San José hacia el noroeste, y luego continuó en trayectoria paralela al río Uruguay hacia el norte; por el camino se iban sumando familias paisanas, con lo que finalmente formó parte del éxodo casi toda la población criolla de la Banda Oriental.

Artigas se lamentaba de que un mundo entero seguía retardando su marcha y el no poder convencerlos de quedarse en sus casas

El autor del “Tabaré”, Juan Zorrilla de San Martín, describió: “La marcha es penosa y lenta. Unos van a caballo, otros a pie, los otros en vehículos más o menos groseros; carros destechados o cubiertos de cuero, rastras tiradas por caballos, acémilas cargadas... la carreta primitiva se mueve oscilante, dando tumbos y crujiendo; parece que, con sus ojos de madera y sus ruedas macizas, se lamenta dolorida, largamente, de la dura tracción de los bueyes. La patria peregrinante.”

En Salto, Artigas dispuso un relevamiento, el histórico “Padrón de las Familias Orientales”. El resultado fue 6000 hombres integrantes del ejército, más 4.435 civiles y 846 carruajes. En ese registro aparecen los apellidos de muchas familias patricias y muchos importantes personajes que quedaron en la historia; incluyendo el propio padre y dos hermanas de Artigas, la madre del Juan Antonio Lavalleja, y los padres de Fructuoso Rivera, el primer presidente del Uruguay independiente en 1830.
Es probable que el número total de personas alcanzara a 10.000.

La columna atravesó el río Uruguay por el paso del Salto, dos kilómetros al sur del Salto Chico, para defenderse de los portugueses del Brasil y de los españoles de Montevideo

A principios de 1812 , llegaron a la costa del arroyo Ayuí, acampando definitivamente en sus montes, hoy Concordia. Un viajero paraguayo dice: “Toda esta costa del Uruguay está poblada de familias que salieron de Montevideo; unas bajo las carretas, otras bajo los árboles y todas a la inclemencia del tiempo, pero con tanta conformidad y gusto que causan admiración.”

“La Redota” llamaron sus protagonistas a este hecho medular. La “derrota” sin duda; no la derrota de las armas, sino la más dolorosa de la decepción y la traición, Pero también “el derrotero”, el camino. El camino hacia una tierra lejana, refugio transitorio, respiro forzado y relativo de una lucha que apenas comenzaba.

Orientales, la Patria peligra;
reunidos al Salto volad.
Libertad entonad en la marcha
Y al regreso decid libertad.
Bartolomé Hidalgo

exodo redota Pueblo oriental

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