Los líderes mundiales pidieron más ambición para garantizar que se aborde el grave estado de los océanos, y admitieron con franqueza estar profundamente alarmados por la emergencia global a la que se enfrenta el mar. Por Norberto Ovando*. Especial para AIM.
Los océanos, los mares y las zonas costeras constituyen un componente integrado y esencial del ecosistema terrestre y son fundamentales para el desarrollo sostenible. Abarcan más de dos terceras partes de la superficie de la Tierra y contienen el 97 por ciento del agua del planeta. Más de 3.000 millones de personas dependen de los recursos marinos y costeros para su sustento. Además, los océanos desempeñan un papel crucial para el logro de la seguridad alimentaria mundial, así como para la salud y el bienestar del ser humano. Son el principal regulador del clima mundial y un importante sumidero de gases de efecto invernadero, albergan inmensas reservas de biodiversidad y desempeñan un papel fundamental en la producción del oxígeno que respiramos.
Los océanos, los mares y los recursos marinos están cada vez más amenazados por las actividades humanas y por el aumento de las emisiones de dióxido de carbono, el cambio climático, el calentamiento, la acidificación de los océanos, la contaminación marina, la extracción insostenible de los recursos marinos y la alteración y destrucción físicas de los hábitats marinos y costeros.
Miguel De Serpa Soares, secretario General Adjunto de Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas dijo en la clausura de la segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos: “Esta reunión mundial nos ha dado la oportunidad de destapar cuestiones críticas y generar nuevas ideas. También ha dejado claro el trabajo que queda por hacer y la necesidad de seguir trabajando en la recuperación de nuestros océanos”.
Más de 6000 participantes, entre ellos 24 jefes de Estado y de Gobierno, y más de 2000 representantes de la sociedad civil asistieron a la Conferencia, abogando por acciones urgentes y concretas para hacer frente a la crisis de los océanos.
La declaración emanada de la Conferencia, reconoce también que el cambio climático es “Uno de los mayores retos de nuestro tiempo”, y da fe de la necesidad de “…actuar con decisión y urgencia para mejorar la salud, la productividad, el uso sostenible y la resiliencia del océano y sus ecosistemas”, y expresamente “Pedimos un marco de biodiversidad mundial ambicioso, equilibrado, práctico, eficaz, sólido y transformador”.
Existen muchas soluciones que pueden ayudar a restaurar la salud de los océanos, pero todas ellas necesitan acción, tanto de los líderes mundiales como de los ciudadanos corrientes de todos los sectores de la sociedad. Nuestro planeta no puede gozar de buena salud sin un océano saludable, y este cada vez está peor.
La quinta sesión reanudada de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente, celebrada en Nairobi a principios de este año, acordó por consenso iniciar las negociaciones sobre un tratado global vinculante para acabar con la contaminación plástica. Tiramos actualmente 11 millones de toneladas métricas de plástico al océano cada año, y se prevé que esta cantidad se multiplique por dos de aquí a 2030 y por tres de aquí a 2050. El tratado propuesto puede acabar con esta tendencia inconsciente.
La reanudación de la Conferencia intergubernamental sobre la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional ofrece una oportunidad para concluir un tratado robusto y funcional para la gobernanza de las zonas de alta mar, protegiendo así uno de los bienes comunes globales más críticos del planeta. Si los Estados Miembros pueden llegar a un consenso, podrían tener el tratado listo a finales de 2022.
Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas 2021-2030
Está en nuestras manos convertir el 2022 en el año en que logremos detener el empeoramiento de la salud oceánica y apoyar la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
La gran mayoría de los océanos siguen sin cartografiar, observar o explorar. Nuestro conocimiento de los océanos y su contribución a la sostenibilidad dependen en gran medida de nuestra capacidad para aplicar la ciencia de manera eficaz en los océanos mediante investigaciones y observaciones permanentes.
Ampliar nuestros conocimientos sobre los océanos es una medida clave. La investigación científica marina y el intercambio de información y datos pueden contribuir al incremento de nuestros conocimientos sobre los océanos y los mares y servir de base para la formulación de políticas concretas.
Conclusión
Recordemos que la importancia de los océanos para el desarrollo sostenible está ampliamente reconocida por la comunidad internacional y forma parte de los compromisos básicos que los Estados Miembros han asumido a este respecto.
Debemos prevenir y reducir la contaminación marina; gestionar y proteger sosteniblemente los ecosistemas marinos y costeros.
Los gobiernos tienen la obligación de poner fin a la pesca excesiva, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y las prácticas pesqueras destructivas.
Comprometámonos todos a transformar nuestra relación con la naturaleza para que sea respetuosa y equilibrada, y hagámoslo por nuestros hijos y nietos, para que puedan vivir la vida segura que deseamos en un planeta saludable.
Fuente ONU/Aapn
* Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales (Aapn)
Experto Comisiones Mundial de Áreas Protegidas (Wcpa) y,
Educación y Comunicación (CEC)
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Iucn)
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