El director de Formación y Diversidad Cultural de la secretaría de Cultura del Gobierno de Entre Ríos, Federico Prieto, dijo a AIM que en Entre Ríos, “el arte tiene la capacidad de representar nuestras realidades a partir de poner en tensión las identidades y la relación que tenemos con el ambiente al momento de construir culturas”.

Nacido en Concordia en 1986, Federico Prieto es egresado en Gestión Cultural por la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner), fotógrafo y promotor de Cultura Viva Comunitaria. Actualmente, se desempeña como director de Formación y Diversidad Cultural de la secretaría de Cultura del Gobierno de Entre Ríos.
Este 15 de abril se celebra el día del Arte. En ese marco, el gestor cultural reflexionó sobre la situación en la provincia y el mundo.

-¿Cuál es tu opinión sobre el arte hoy en Entre Ríos y el mundo?
-El Arte es un concepto dinámico, que es el fin de un proceso que forma parte de una de las dimensiones que tiene la cultura (junto con los derechos y el desarrollo económico) y es que tiene la posibilidad de manifestar símbolos a partir de una capacidad creativa.

Esta capacidad tiene que poder representar distintas realidades y con ello su problematización.

El arte en el mundo de hoy es un elemento que permite tensionar y resignificar la historia y la vida cotidiana y es capaz de modificar las estructuras del ser y de la vida en comunidad a partir de su capacidad de operar sobre las subjetividades de las personas que pueden consumirlo. A la vez que permitan dar una sensibilidad a la población, desde la felicidad a la preocupación.

En Entre Ríos, el arte tiene la capacidad de representar nuestras realidades a partir de poner en tensión las identidades y la relación que tenemos con el ambiente al momento de construir culturas. Además la pandemia provocó dos situaciones que son importantes para potenciar el arte: Generó esquemas de sentimientos y sensaciones que son insumos para la creación, a partir de estados de ánimos de las personas y las comunidades. Y también, muchas personas artistas de franjas etáreas jóvenes han regresado a vivir a Entre Ríos y eso permite también que se crean producciones artísticas con un nuevo sentido, propio de esta generación, lo que lleva a multiplicar la capacidad con las generaciones artistas ya instaladas.

-¿Cómo potencia en la provincia?
-En nuestra provincia, tiene la capacidad de cumplir dos roles fundamentales, por un lado de otorgar consciencia sobre lo que somos, que desde manifestar las distintas realidades nos permita deliberar en nuestro ser y estar, en como vivimos en comunidad y cómo nos relacionamos con el mundo en el que estamos insertos. Para eso, hay que llevar adelante un trabajo planificado que sea capaz de posibilitar el acceso a la expresión artística como también a quienes pueden espectar. y por el otro lado, tiene la capacidad de ser un producto capaz de impactar en el desarrollo económico de los pueblos, generando empleo y construyendo unidades de negocio que permita la independencia de artistas y valor agregado a producciones para que estas sean ofrecidas a un público más allá de la Provincia. Acá es importante el elemento de poder identificar al arte como un producto a través del cual muchas personas de otros lugares quieren conocer lo que es Entre Ríos y lo que somos.
En esa línea, hay que buscar espacios de encuentro y de diálogos sinceros con las distintos colectivos que representan a los procesos artísticos, El FICER; el Encuentro Provincial de Teatro, Encuentro de Muralistas sirve para poder dinamizar las demandas y convertirlas en política pública, a su vez de construir público y fomento. A partir de ello, se crearon leyes y programas que impactan no solo en quienes producen arte sino también en los retratos y proyecciones de lo entrerriano, con su historia, sus paisajes, sus procesos, su comunidad.


-¿Se valora el arte entrerriano?
-Se valora muchísimo, porque las expresiones artísticas entrerriana no solo están reconocidas, sino que también son producciones capaces de dinamizar procesos identitarios que nos son propios y eso puede ser materia de posibilidad para que se activen otros procesos que favorezcan a la ciudadanía entrerriana como al Estado.


En este sentido podemos pensar en las letras con exponente como Juan L Ortiz, o de artistas visuales como Milred Burton, o Liliana Herrero que lleva la entrerriana en sus canciones, por nombrar algunos casos puntuales, pero genéricamente las artesanías, las producciones audiovisuales, el teatro, las danzas son elementos que ponen en juego nuestra realidad, transmiten el sentido de la entrerrianía con sus culturales, su naturaleza de humedales, ríos, bosques y selvas.

-La globalización que trajo el mercantilismo burgués una ventaja, pero trajo consigo la cosificación y reproducción mecánica del arte. ¿Cómo se rompe con esa lógica?

-Si bien muchas veces se usó y aún se usa el arte (sobre todo en aquellas expresiones de consumo masivo) como elementos que moldean una cultura con el afán de generar dominación, o reproduciendo hegemonías, impactando en nuestras prácticas y nuestras maneras de pensar; pero es también el arte el que permitió la liberación de las personas de un sistema feudal, propiciando la consciencia para el reclamo de los derechos humanos fundamentales. En ese sentido el arte tiene un motor para el reflejo de la realidad y generar sentidos que nos haga ser mejores seres humanos y que sea el medio para un ser-estar más armónico de las personas en el espacio donde desarrolla la vida, junto con otras personas en comunidad, y en sintonía con animales y plantas. El arte es el medio de potenciar la relación coherente entre el territorio en el que vivimos y nuestra forma de pensar. El arte debe poder mediar entre que lo pensamos sea acorde o coherente con el ambiente en el que llevamos nuestra prácticas cotidianas. El problema es que la cuestión simbólica de las expresiones artísticas no terminen como un producto determinado por el mercantilismo de la cultura, procesos que son propios del sistema capitalista.


-¿Cuál es el rol del arte hoy? Debe ser una herramienta de denuncia, una expresión individual, una construcción colectiva? ¿Cuál es el desafío del artista hoy?
-Yo creo que en un mundo tan cambiante, globalizado como el de hoy el arte tiene un rol fundamental y es un rol social. Debe ser una herramienta, un medio capaz de problematizar las realidades para hacernos más conscientes de lo que hacemos. El arte tiene que ser motor para un pensamiento crítico de lo que somos.

Cuanto más colectiva sea la construcción de un producto artístico, no solo por la persona artística creadora, sino los insumos del proceso creativo debe venir desde las colectividades, desde lo comunitario, desde el ambiente. Esa capacidad debe estar presente para poder crear, producir obra y generar un impacto en el pueblo, que permita emociones y sensibilidades.

El desafío del artista, yo creo que es que se pueda lograr una independencia económica para crear, para producir, sin cercenar el derecho del acceso al consumo de productos simbólicos locales y garantizar la producciones a quienes lo llevan adelante.

En esa línea, es interesante el concepto de prosumidor, creo que todas las personas estamos todo el tiempo consumiendo símbolos, llevando adelante prácticas y que las reconvertimos constantemente en producciones que devolvemos a la comunidad a partir de la creatividad. Las personas artistas son la fiel manifestación de esto.

-Si querés agregar algo más
Para poder potenciar los elementos creativos y simbólicos de la cultura a través del arte, tienen que permitirse espacios de encuentro donde se generen diálogos sinceros sobre las cuestiones necesarias, y en estos espacios tanto el Estado como las personas artistas, organizadas o no, se permitan construir un futuro en común y de esa manera mejorar las condiciones existentes. Y en esa línea nombrar, entre otras cosas, al Programa La Tribu y el Territorio, donde el Estado genera un espacio para la indagación del territorio con su ambiente y comunidad para expresar la cultura a través de obras artísticas.