Los gobiernos buscan potenciar el intercambio bilateral de bienes industriales con una moneda común o un sistema de pagos en monedas locales. Se analiza una serie de proyectos de inversión conjuntos en sectores estratégicos, como la producción de fertilizantes y la movilidad sustentable.
El presidente Alberto Fernández y su par brasileño, Lula Da Silva, se reunirán este lunes con un grupo de empresas radicadas en ambos territorios para acelerar el comercio. El encuentro se dará en el marco de la visita a Buenos Aires del titular del Ejecutivo del país vecino. Los gobiernos buscan potenciar el intercambio bilateral de bienes industriales con una moneda común o un sistema de pagos en monedas locales. Se analiza una serie de proyectos de inversión conjuntos en sectores estratégicos, como la producción de fertilizantes y la movilidad sustentable.
El cambio de signo político en Brasil genera en suelo argentino expectativas de mayor integración. Luego de sobrellevar tres años complejos con Jair Bolsonaro como contraparte del principal socio comercial, una mayor afinidad política podría abrir las puertas a una etapa de fortalecimiento del Mercosur. También podría implicar el desarrollo de una serie de proyectos conjuntos.
Lula arribó a la Argentina pasadas las 21 horas en compañía de la primera dama, Janja da Silva. Fue recibido por el canciller Santiago Cafiero.
El nuevo contexto internacional, con la mayor demanda de alimentos y energía, configura un escenario de oportunidad. Tanto Lula da Silva como Alberto Fernández lo tienen claro. Tal como anticipó Ámbito semanas atrás, en las próximas horas los mandatarios se dispondrán a firmar un amplio acuerdo de integración que elevará el estatus de la relación bilateral. Incluirá iniciativas en diversas áreas: finanzas, energía, minería, agro, defensa, economía del conocimiento, ambiente, educación, salud, ciencia y turismo, entre otras.
Uno de los principales puntos que se abordará es el proyecto de una moneda común o de un sistema de pagos en pesos y en reales. Siempre pensando en acelerar el comercio bilateral. Al margen del mayor entendimiento entre estados, los funcionarios apuntan a acercar a las empresas radicadas en ambos países. Por eso, la comitiva brasileña también estará integrada por representantes del sector privado, que vendrán a Argentina para reunirse con Alberto Fernández, el propio Lula Da Silva y representantes de firmas locales.
“Tenemos que apostar mucho a las manufacturas de origen industrial y tenemos que incrementar la cantidad de empresas que exportan”, señaló a este medio en una entrevista reciente a este medio la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Cecilia Todesca Bocco. En ese sentido, la relación con Brasil resulta relevante: es el mayor comprador de bienes industriales locales y es una de las primeras alternativas que aparecen cuándo una firma quiere empezar a exportar.
Pese a que en los últimos dos años se viene recuperando, el comercio bilateral entre Argentina y su principal socio perdió casi un 40 por ciento de su volumen entre 2011, cuando alcanzó los u$s 40.000 millones y 2022, que cerró en torno a los u$s 27.000. La apuesta compartida por ambos mandatarios apunta a mejorar el vínculo para retomar parte del terreno perdido, sobre todo en productos con valor agregado.
En ese sentido, ya se examinan una serie de proyectos en conjunto que podrían llevarse a cabo en la industria automotriz que es uno de los pilares del vínculo bilateral. En el caso argentino, explica más del 25 por ciento de las importaciones desde Brasil. Una importante empresa del sector con presencia en los dos lados de la frontera tiene planes para acelerar sus inversiones en la movilidad sustentable. Un primer paso serían los vehículos híbridos, para luego avanzar hacia los 100 por ciento eléctricos.
Al mismo tiempo, existen proyectos que el embajador Daniel Scioli discutió con funcionarios y también con el sector privado para aprovechar los recursos mineros que poseen ambos territorios. Uno de los objetivos es instalar una fábrica de fertilizantes, cuyos precios internacionales están en alza por la doble crisis del Covid y la invasión rusa a Ucrania. Esto permitiría sustituir importaciones, en un principio, pero también aportaría la perspectiva de transformar a la planta en una plataforma exportadora para la región.
Estas, son solo dos de las ideas que se discutirán en las próximas horas. En el plano energético está claro que la segunda etapa del gasoducto Néstor Kirchner puede cambiar por completo el vínculo comercial entre ambos países y con el resto de los bloques. Las oportunidades son múltiples. El renovado vínculo las vuelve a poner sobre la mesa, para que no queden solo en una expresión de deseo.