El Gobierno argentino anunció que el país se retira del Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), a través de una comunicación dirigida a la República del Ecuador en su calidad de Depositario y una nota detallada al Presidente Pro Tempore de este organismo regional, el Canciller del Estado Plurinacional de Bolivia.
La decisión del presidente Mauricio Macri se enmarca en “la crisis que aqueja a ese Organismo, manifestada en la acefalía de la Secretaría General por más de dos años, así como una agenda con alto contenido ideológico y muy alejada de sus objetivos iniciales y el desorden administrativo que prevaleció en la organización los últimos tiempos”, detalló en un comunicado el ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
“Este diagnóstico sobre la situación de la Unasur es compartido por varios países de la región, algunos de los cuales, tal el caso de Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú, también tomaron la decisión de retirarse de la Unión”, agrega el ministerio que dirige Jorge Faurie. “Al comunicar su decisión a la Presidencia Pro Tempore, la Argentina ratificó su vocación y voluntad integracionista así como su disposición a explorar alternativas de integración regional más eficientes y con resultados tangibles para nuestras sociedades”, concluye el comunicado.
Unasur sale, entra Prosur
La medida era previsible, debido a que la Unasur atraviesa hace más de dos años de parálisis que la acerca a la disolución. Desde 2018, Brasil, Perú, Paraguay, Colombia y Chile reclamaban por la “acefalía de la Secretaría General”. “Los países firmantes han decidido no participar en las distintas instancias de Unasur a partir de la fecha, hasta tanto no se produzcan resultados concretos en el curso de las próximas semanas que garanticen el funcionamiento adecuado de la organización”, señalaba el texto difundido hace un año por las Cancillerías de las naciones que se retiran y dejan al bloque sin la mitad de sus integrantes.
La carta, enviada a la cancillería de Bolivia, que ocupaba la presidencia pro-témpore del acuerdo, indicaba que las seis naciones “expresan su extrema disconformidad con la situación por la que atraviesa la Unión”, cuadro que “se prolonga hace varios años y se agravó a partir de enero de 2017 con la acefalía de la secretaría general”. En esa fecha terminó el mandato como secretario general del ex presidente colombiano Ernesto Samper, y desde entonces el bloque no pudo designar a su reemplazante. De hecho, la carta lamenta “la imposibilidad para designar un Secretario General por falta de consenso alrededor de un único candidato”.