La suba en el precio de los combustibles no tendrá un impacto directo muy marcado en la inflación de agosto, aunque sí evidenciará mayores consecuencias de "segunda ronda" vinculadas a las actividades de producción y comercialización, "que también conforman el precio de los productos". En ese aspecto coincidieron los economistas consultados, quienes señalaron que el incremento en los surtidores podría traducirse en un salto del 0,2 por ciento para el IPC entre agosto y septiembre, pero que "podría aportar entre medio y un punto" en los próximos meses.
"El impacto de la suba de los combustibles en la inflación es en torno al 0,2 por ciento, pero al entrar a mitad del mes, en agosto se reflejará un 0,1 por ciento y el otro 0,1 por ciento se verá en septiembre. Es un impacto chico, pero es el corrimiento de un precio regulado que no se modificaba desde diciembre", señaló a Ámbito Financiero Juan Ignacio Paolicchi, de la consultora Eco Go, quien remarcó: "Es un impacto sobre la ecuación de precios de un montón de firmas que van a tener que planificar con este nuevo valor de los combustibles. El impacto probablemente se empiece a incorporar en los precios de las empresas en las próximas semanas y se termine reflejando más significativamente en septiembre que en agosto".
"Hay un efecto que es directo, que es cuánto influye el componente de naftas en el índice, que es aproximadamente el 2 por ciento del IPC. Con lo cual, con un aumento del 4,5 por ciento en los combustibles sobre el 2 por ciento, la influencia directa no es muy sensible. Puede aportar una décima de punto de forma directa sobre el IPC", analizó por su parte el economista Sergio Chouza, quien remarcó: "El mayor impacto lo dan todos los efectos de segunda ronda, vinculados a las actividades de producción y comercialización, que a su vez conforman el precio de los productos, que usan algún componente de combustible. Mayormente vinculado al transporte de bienes o a la comercialización de servicios. Entonces, uno tiende a pensar a groso modo que una vez que termine de darse toda la secuencialidad del traslado de ese aumento en los costos al consumidor final, debería aportar entre medio punto y un punto (considerando todos los efectos) al IPC". En ese sentido, Chouza sostuvo: "No se va a ver todo el impacto en el mes de agosto, se va a ir distribuyendo entre agosto, septiembre y tal vez incluso para los siguientes meses. El impacto sobre agosto va a ser muy reducido, debería ser entre 0,2 por ciento y 0,4 por ciento".
Para Juan Pablo Di Iorio, de la consultora ACM, la suba en los combustibles "seguramente impacte con mayor fuerza en los precios mayoristas de agosto y no tanto al IPC". "Producto de que el primero es más susceptible y reacciona con mayor rapidez a shocks de este tipo, tanto por la ponderación del combustible en el mismo como su impacto como insumo en los precios mayoristas", sostuvo Di Iorio, y subrayó: "En cuanto al IPC, probablemente tenga un efecto más prolongado en el tiempo y más secuencial. Más aun cuando el transporte, por ejemplo, sigue bajo las restricciones asociadas a la cuarentena". En ese sentido, aclaró, podría empujar en el futuro a otros rubros, pero "va a estar determinado por la vuelta a las actividades". El encarecimiento en el transporte es una de las consecuencias que señalaron los analistas como posible vía de aceleración para la inflación. En ese marco, desde la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) sostuvieron que la suba de los combustibles "impacta fuertemente en el costo y en las tarifas" del sector. "Hay que tener en cuenta que el transporte de cargas no es formador de precios y, como cualquier actividad de servicios, tiene que trasladar sus aumentos de costos a las tarifas", remarcó la entidad, que proyectó que por la suba de combustibles, el costo del transporte se encarecerá un 1,5 por ciento en agosto y "alcanzará un piso del 15 por ciento en los primeros ocho meses del año".
Aceleración
Más allá de que el impacto de la suba de los combustibles no se reflejará de manera directa en la inflación de agosto, las estimaciones privadas ya prevén una aceleración en la suba del IPC para este mes. Así es que el índice para el Gran Buenos Aires que releva Ecolatina estima un incremento del 2,9 por ciento, explicado por los incrementos en "alimentos y bebidas (el capítulo avanzó 3,5 por ciento entre la primera quincena de julio y el mismo periodo de agosto), alquileres y bienes para el hogar". El dato es similar al estimado por la consultora ACM, que prevé un incremento del 2,8 por ciento en el IPC para este mes.
Fuente: Ámbito Financiero