La elevada tasa de referencia dispuesta por el Banco Central para frenar la demanda de dólares impactó fuerte en los plazos fijos para ahorristas en los que las entidades financieras ofrecen rendimientos que oscilan en un 50 por ciento.
El organismo que conduce Guido Sandleris anunció días atrás la nueva política monetaria para "bajar la inflación y recuperar un ancla nominal para la economía".
En ese sentido, decidió estimular la captación de depósitos a plazo fijo y quitar pesos de circulación, por lo que permitió a los bancos "el pago de intereses con una periodicidad no inferior a 30 días, en lugar del pago íntegramente al final que era el único permitido por la norma anterior".
"Este aumento de las opciones disponibles permitirá a las entidades ofrecer los instrumentos más adecuados a las preferencias del público", argumentó el Banco Central.
Este miércoles, la autoridad monetaria realizó la tercera licitación de Leliq en la cual la adjudicación fue con una tasa de corte que llegó a 74 por ciento.
En ese escenario, los ahorristas minoristas se pueden volcar a los plazos fijos como una inversión segura con un rédito que puede ganarle a la inflación, estipulada en 42 por ciento.
El Banco Nación, por ejemplo, ofrece la posibilidad de constituir un plazo fijo a treinta días con una tasa anual de 48 por ciento en la plataforma digital, mientras que el Provincia brinda un rendimiento del 50 por ciento.
Además de desincentivar la producción, las elevadas tasas de interés también afectan el costo financiero de un préstamo y al pago mínimo de la tarjeta de crédito.
En el caso de Banco Provincia, la tasa para el "público en general" que busque adquirir un préstamo personal se ubica en 91,93 por ciento.
En algunos bancos privados, el costo financiero total de una operación de ese tipo llega a 97 por ciento.
Para el pago mínimo de la tarjeta de crédito, que es el monto requerido para no figurar como deudor en el veraz, llega a superar el 100 por ciento.
Por ello, analistas reconocen que si bien abonar el monto mínimo es una alternativa tentadora en momentos críticos de la economía doméstica, puede generar el principio de un espiral que será complejo de afrontar para el consumidor.