El mensaje del Fondo Monetario Internacional (FMI) no ha cambiado en los últimos días, desde que el Gobierno anunció su intención de renegociar el acuerdo stand-by con el FMI y aplicó medidas para restringir la sangría de dólares. "El modo es wait and see", resumieron en la capital norteamericana: en el organismo multilateral siguen analizando la evolución de la economía argentina en estrecho contacto con el equipo que ahora lidera Hernán Lacunza.
Lo que cambió son las circunstancias. Se mantiene el acompañamiento a la gestión de Mauricio Macri, pero desde la derrota en las Paso las proyecciones a futuro no son las mismas y es probable que muy pronto tampoco del otro lado de la línea estén los mismos interlocutores. El Fondo está recalculando en silencio. Difícilmente adopte en lo inmediato decisiones sobre la revisión pendiente de la economía o sobre desembolsos de dinero que agiganten la exposición del organismo al riesgo argentino.
Ese es el escenario con el que se encontrará el ministro Lacunza cuando venga a la capital norteamericana más cerca de fin de mes (si se confirma su viaje). Según pudo saber Infobae, nada impide que los técnicos del FMI inicien en esos días, desde Washington y no en Buenos Aires, la quinta revisión del programa stand-by con la Argentina, que debía hacerse hacia fines de agosto y dar lugar a mediados de este mes al desembolso de 5.400 millones. Pero al mismo tiempo nada garantiza que esto vaya a ocurrir.
Mucho menos cuando el propio Fondo encara una sucesión en su cúpula, con la casi segura llegada de la búlgara Kristalina Georgieva, y tanto en Washington como en Wall Street comienza a hablarse, en off the record, de la "difícil herencia" que le dejó Christine Lagarde. Georgieva tiene un perfil más técnico y sobrio que su antecesora. En esa lógica, la dificultad sería la apuesta que la ex directora gerente del FMI hizo por el gobierno de Macri, que según algunos expertos fue demasiado arriesgada para los criterios con que debe manejarse el organismo de crédito.
Las restricciones Lacunza buscará iniciar una nueva renegociación del acuerdo para modificar el calendario de devolución del préstamo e intentará destrabar los fondos de la quinta revisión al dólar frenaron con relativo éxito la fuga de divisas, pero un refuerzo de las reservas le daría al Gobierno -y al mercado- un horizonte más extenso de tranquilidad. La primera meta es llegar sin grandes sobresaltos al 27 de octubre.
"Creo que el FMI es genuino cuando dice que quiere mantener su compromiso y ayudar a la Argentina", le comentó Alberto Ramos, jefe de estrategia para América latina en la firma Goldman Sachs. "La pregunta clave es cómo rediseñar el programa luego del shock político de las Paso y el fuerte deterioro del cuadro macroeconómico que sobrevino después, con una creciente incertidumbre en torno a las políticas de gobierno", añadió.
En principio, el ministro de Hacienda estaría en la capital estadounidense entre el 26 y el 28 de este mes, en el final (real y metafórico) del verano y luego de acompañar al Presidente a Nueva York para la Asamblea General de la ONU. Macri sostuvo hace unos días en Córdoba que las metas fiscales y monetarias del Fondo fueron alcanzadas, por lo que el desembolso no debería ser un problema. "Hemos cumplido con todo", dijo. Lacunza deberá argumentar ante los técnicos a cargo del caso argentino que también el criterio de sostenibilidad de la deuda es cumplible.
Dudas en la Gran Manzana
En Wall Street albergan dudas. "Hay un margen de error cada vez menor para el todavía frágil manejo de flujos de dinero en los próximos meses", apuntó Siobhan Morden, experta en mercados emergentes de Amherst Pierpont Securities, de Nueva York. Las reservas netas del Banco Central, señaló, cayeron a cerca de 10.000 millones de dólares, y aunque el reperfilamiento de los vencimientos de las letras del Tesoro ofreció algún alivio, hay hasta fin de año un "pesado cronograma de cupones" bajo ley local y de Nueva York, así como una amortización del 25 por ciento en Letes, según prevé el DNU 596/2019.
El equilibrio es precario incluso con la aplicación de controles de capitales, observó Morden, por eso es crucial que el Fondo Monetario envíe los fondos comprometidos. "Las necesidades del Tesoro se van a volver aún más complicadas si el FMI retiene el desembolso de 5.400 millones de dólares y no hay claridad respecto de una nueva misión o revisión del directorio", observó la especialista.
El candidato opositor es quien controla las expectativas, enfocado por ahora en la campaña. "El FMI como todos necesita claridad sobre el programa económico del equipo de (Alberto) Fernández", sostuvo la experta de Amherst Pierpont. "Va a requerir un gran shock positivo luego de las elecciones para estabilizar la confianza de los inversores, incluido el compromiso de un ancla fiscal y un programa con el Fondo", detalló.