Con las cataratas de fondo, el encuentro completamente presencial, por primera vez desde 2019, comenzará el lunes con la reunión de cancilleres, y finalizará el martes con la cumbre de presidentes.
Una nueva reunión del Consejo del Mercado Común del Sur (el lunes) con su Cumbre de Jefes de Estado (el martes) mostrará una foto de familia que no volverá a repetirse, con un presidente que para el próximo encuentro tendrá mandato cumplido y no reelegirá --Alberto Fernández-- otro que el mes próximo entregará el mando --el paraguayo Mario Abdo al electo Santiago Peña, que también estará presente--, y con el regreso de Luiz Inacio Lula Da Silva después de 13 años, con mucha agua corrida bajo el puente en ese tiempo a nivel global y regional. Será la primera vez desde 2019, antes de la pandemia, que todos los presidentes se verán las caras de manera presencial. El que seguirá sin asistir será Nicolás Maduro: Venezuela permanece suspendida del bloque desde 2017. Sigue pendiente, en tanto, que finalmente se acepte el ingreso de Bolivia como miembro pleno, con voz y voto, un trámite que tiene pendiente la ratificación del Congreso brasileño y su mayoría conservadora.
Esta vez en Puerto Iguazú, muy cerca de la triple frontera con Brasil y Paraguay, el encuentro tendrá entre sus ejes centrales retomar el discutido acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, firmado en 2019 y nunca puesto en marcha, sobre el que Argentina y Brasil vienen reclamando modificaciones, y que por el momento parece de difícil concreción. Los reparos de Europa son, en la letra, medioambientales: se reclama un "compromiso verde" que "equipare las condiciones de producción para ambos bloques". En la práctica, aparece un férreo proteccionismo en el que se destaca el peso de los agricultores franceses en la imposición de restricciones.
En el caso de Lula Da Silva, ha hecho de la firma de este acuerdo hasta un compromiso de campaña; Alberto Fernández también ha declamado la necesidad de retomarlo, con revisiones. La reciente visita de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a Brasilia y Buenos Aires, muestra el interés de la otra parte por avanzar, con propuestas de cláusulas añadidas, que incluyen sanciones económicas ante la falta de cumplimiento de objetivos medioambientales, y la apertura a la posibilidad empresarial de participar en licitaciones públicas. "Desde el Mercosur hemos trabajado todo este tiempo en una revisión del acuerdo, para evitar asimetrías. Sólo pedimos un acuerdo equilibrado, donde todos ganemos", expresó Fernández luego de la reunión con Von der Leyen, el 13 de junio pasado.
Otros temas y recuerdos cruzarán los encuentros en el Hotel Gran Meliá, dentro del Parque Nacional Iguazú, con las cataratas de fondo. El más áspero, los cruces con Uruguay, que ha amagado sucesivamente con sumarse al Acuerdo Transpacífico (que integran países como Perú, Nueva Zelanda y Australia), o con firmar un Tratado de Libre Comercio con China; y aquella gráfica acusación de Luis Lacalle Pou en 2021 de que el Mercosur resultaba "un lastre" para su país.