Por un cambio de agenda acordado sobre la marcha, el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne adelantó para hoy su cita con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, con quien se reunirá a puertas cerradas en las oficinas del FMI y rodeados del máximo hermetismo.
En la capital norteamericana no trascendieron detalles de la agenda de temas que pondrán sobre la mesa ni se dieron razones para el adelantamiento de la reunión, inicialmente prevista para mañana. Pero un dato sugiere que puede no tratarse de un encuentro meramente protocolar, como en los últimos días se dio a entender desde el entorno del ministro.
Dujovne también se reunirá hoy en la sede del Fondo con el norteamericano David Lipton, número dos del FMI, y con el jefe de la misión para la Argentina, Roberto Cardarelli, y los técnicos que integran su equipo, que acaba de completar en Buenos Aires la tercera revisión del programa stand by acordado con el gobierno de Mauricio Macri.
Un comunicado del Fondo o una declaración conjunta le pondrían un broche a la jornada de reuniones. Esas declaraciones usualmente contienen una expresión de apoyo y una ratificación de la política económica, una señal que puede ser muy bienvenida en momentos de turbulencia.
El resultado de la tercera revisión se conocerá más cerca de fin de mes, cuando será elevado al directorio del FMI para su consideración. Luego de eso, y sujeto al visto bueno del board, el Fondo hará un nuevo desembolso, de unos 10.700 millones de dólares que engrosarán los recursos del Tesoro.
Si bien se descuenta que la nueva revisión de las metas contenidas en el acuerdo recibirá un aprobado, la letra chica de ese examen pormenorizado del plan económico podría incluir algunas luces amarillas sobre la evolución de algunas variables cruciales, como la inflación y la estabilidad cambiaria. "Si hay un momento en el que (Dujovne) puede tratar de atenuar el peso de esas alertas, este es ese momento", comentó un analista local en off the record.
También la capacidad del Tesoro para usar los fondos del FMI para aplacar las presiones cambiarias podría ser otro de los puntos sobre la mesa en las conversaciones con la plana mayor del organismo. En el mercado creen que esas presiones que resurgieron en la última semana sólo pueden ir en aumento a medida que avance el calendario electoral y se acerque la definición de octubre.
La economía posiblemente no jugará a favor del oficialismo en octubre, pero el Gobierno pretende que por lo menos no le juegue en contra. Por eso le resulta esencial mantener el dólar a raya. Cualquier salto en la cotización impacta de manera directa en la inflación, una inquietud que se vuelve obsesión tanto en Economía como entre los técnicos del FMI. Y la suba o baja de tasas como único instrumento en manos del Banco Central puede resultar insuficiente.
El jefe del departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo, Alejandro Werner, admitió días atrás su preocupación. La inflación en la Argentina, dijo, "está mostrando que está más arraigada de lo que pensábamos". La revisión trimestral del FMI podría contener un llamado de atención que vaya en ese mismo sentido. Y otro punto sensible es la "calidad" de la convergencia fiscal, aunque en el organismo multilateral saben que no hay margen, ante una economía que sigue planchada, para avanzar ahora en una reforma impositiva ambiciosa.
Además de sus reuniones con Lagarde y sus funcionarios, Dujovne se reunirá también hoy con otros dos pesos pesados de Washington, el secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin, que en reiteradas ocasiones expresó su respaldo a las políticas del Gobierno, y el titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el colombiano Luis Alberto Moreno. Tampoco trascendieron detalles de lo que el ministro conversará con ellos.
En su escala previa de su viaje a Estados Unidos, el ministro Dujovne se mostró optimista ante un centenar de empresarios e inversores petroleros reunidos de Houston, donde renovó el compromiso oficial de avanzar con las reformas estructurales pendientes y llamó a los grandes jugadores de la industria a doblar su apuesta por la Argentina.
"Seguimos confiados en cuanto al futuro de la Argentina", les dijo el ministro. Como guiño también sostuvo que el Gobierno buscará avanzar en una rebaja impositiva, aunque reconoció que el calendario de reformas se vio alterado por los shocks que afectaron a la economía.
Lo acompañó el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, quien presentó ante los empresarios las oportunidades de inversión en el sector, con una estimación de necesidades en infraestructura y desarrollo del negocio de unos 30.000 millones de dólares en los próximos años.