El Banco Central (Bcra) reforzó las medidas de seguridad que deberán tomar las entidades financieras a la hora de otorgar préstamos preacordados a través de canales electrónicos, una de las principales vías de las que se aprovechan delincuentes que practicar estafas bancarias en el último tiempo.
A partir de ahora, los bancos deberán verificar fehacientemente -ya sea a través de llamado telefónico, reconocimiento facial o cualquier otra técnica de identificación positiva- que efectivamente es el cliente quien está solicitando el préstamo que la entidad le tiene asignado de acuerdo a su categoría crediticia.
Como segunda barrera de control, una vez verificada la identidad del cliente, la entidad deberá comunicarle -a través de todos los puntos de contacto disponibles- que su crédito se encuentra aprobado y que, de no mediar objeciones, el monto será acreditado en su cuenta recién a partir de las 48 horas hábiles siguientes.
De todos modos, el plazo de acreditación podrá ser reducido en el caso de recibirse la conformidad del usuario de servicios financieros de manera fehaciente.
"El control deberá ser sobre todas las operaciones de créditos preaprobados realizadas a través de todos los canales electrónicos disponibles: ATMs, TAS, banca de internet (BI) y banca móvil (BM)", señaló el Banco Central en un comunicado.
Los bancos también deberán hacer un monitoreo y control de, como mínimo, los puntos de contacto indicados por el usuario y comprobar que no hayan sido modificados recientemente, de modo de detectar posibles engaños o robos de claves.
La medida fue resuelta esta tarde en la reunión de Directorio del Central como una forma de reforzar las normas de seguridad de los bancos y su responsabilidad para detectar maniobras fraudulentas.
Si bien la digitalización masiva de operaciones durante la pandemia significó un salto muy grande en la gestión digital de los trámites bancarios, trajo aparejado un aumento exponencial de los ciberataques y las campañas de phishing (robo de datos vía mail).
En ese sentido, las denuncias por fraude y estafa bancaria aumentaron casi un 3.000 por ciento entre 2019 y 2020, según datos de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci).
Se trata de maniobras con formas más o menos elaboradas, pero en las que, en todos los casos, los delincuentes se hacen pasar por representantes del banco que le piden a los damnificados las claves de cuenta para solucionar un problema o bien facilitarle un beneficio, ya sea a través de un correo electrónico, una llamado telefónico o por vía de redes sociales.
Una vez que consiguen los datos, los estafadores proceden a transferir el dinero en cuenta del damnificado a otras cuentas, a hacer consumos con sus tarjetas o bien pedir préstamos de rápido otorgamiento.
Este último fue uno de los principales y más gravosos mecanismos de estafa ya que, en la mayoría de las ocasiones, lograban pedir préstamos por cientos de miles de pesos en pocos pasos y sacar ese dinero de la cuenta antes de que la persona pudiera advertirlo.
Este es el motivo por el cual el Bcra actuó demorando este procedimiento.
La clave para evitar caer en estafas, insisten desde el sector financiero, es que la gente sepa que nunca un representante del banco pedirá datos confidenciales por teléfono, correo o SMS; ingresar al homebanking a través de la página oficial del banco y no por un buscador; no ir a cajeros automáticos si te lo piden por teléfono; y verificar que las cuentas de redes sociales de los bancos cuenten con una tilde azul de validación.
Por último, la mayoría de los bancos tiene un sistema de alertas por correo y mensaje de texto con el detalle de operaciones realizadas, que les permite mantenerse informado y prevenir o accionar a tiempo en caso de ceder datos personales sin saberlo y que puede activarse a través del homebanking.
En diciembre del 2020 la penetración de cuentas bancarias alcanzó el 91 por ciento de la población adulta, lo cual equivale a que más de 31 millones de personas poseen al menos una cuenta de este tipo.