Para la mayoría de los jóvenes que alquilan (casi ocho de cada 10), los requisitos de las inmobiliarias son el mayor inconveniente al momento de alquilar. Los jóvenes de entre 18 y 34 años que alquilan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya destinan hasta el 50 por ciento de sus ingresos a pagar la permanencia en la vivienda.
Así lo reveló un estudio realizado por la Defensoría del Pueblo porteña, sobre la base de una encuesta de la que participaron 740 jóvenes de entre 18 y 24 años, todos residentes en quince comunas de la Ciudad de Buenos Aires. Al menos la mitad de los testimonios aseguró que el costo del alquiler le implica gastar entre el 25 y el 50 por ciento del ingreso mensual, reportó el informe titulado “Situación habitacional de los jóvenes de la Ciudad de Buenos Aires”.
Dentro de los jóvenes que declararon residir en “vivienda propia”, la mayoría lo hace en la de los padres y apenas el seis por ciento reside en una vivienda que es de su propiedad individual. Asimismo, para la mayoría de los inquilinos (casi ocho de cada 10), los requisitos de las inmobiliarias son el mayor inconveniente al momento de alquilar.
Por esta situación, la encuesta arrojó que cinco de cada diez consultados aún viven con sus padres; y el porcentaje se extiende a 83 de cada 100 casos para el segmento de jóvenes que tienen entre 18 y 19 años. La mitad de los encuestados viven en departamento y más de la mitad “no ha recibido ayuda para su vivienda actual”, sobre todo los jóvenes de la zona Sur (67 por ciento). Quienes recibieron ayuda en mayor proporción fueron los jóvenes de zona Norte (tres de cada 10) sobre todo en comparación con los de zona Sur (solo uno de cada 10) Según este informe, sólo dos de cada diez de los consultados se encuentra pagando un crédito hipotecario.
Este valor aumenta a un poco más de tres de cada diez en personas de entre 30 y 34 años que viven en departamentos, y entre los jóvenes que están en pareja pero aún no tienen hijos. Para la mayoría de los que pagan un crédito, el valor de la cuota abarca entre un cuarto y la mitad de sus ingresos, igual que lo declarado por quienes pagan alquiler.