El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, estudia la posibilidad de volver a imponer a los bancos la obligatoriedad de brindar líneas de crédito productivo para que las empresas logren acceder a tasas más bajas.
Esta medida, que fue ponderada ayer por Axel Kicillof con la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires (Uipba), fue uno de los primos puntos de fricción entre la UIA y el ex banquero central, Federico Sturzenegger.
Durante su presidencia en el Banco Central, en noviembre de 2017, él eliminó las líneas de crédito a tasas preferenciales para la industria. Desde ese entonces los industriales vienen reclamando que las tasas de interés son nocivas para la supervivencia de las pymes industriales y en efecto en los últimos tres años y medio cerraron 4.200 empresas en todo el país y se perdieron 145.000 puestos de trabajo registrados en la industria manufacturera.
Según sostenía Sturzenegger, no podía haber tasas de interés preferenciales porque eso desincentivaba a los ahorristas e impedía el desarrollo del sistema financiero si los rendimientos para los depositantes eran negativos.
El ministro Sica se comprometió con los empresarios tan pronto asumió al frente de Producción que las tasas debían bajar porque las industrias no podían sobrevivir más de tres meses con ese costo del capital de trabajo. Sin embargo, se impuso la visión del FMI de la necesidad prioritaria de una fuerte restricción monetaria para contener la inflación y la tasa siguió en alza. Por eso, buscó instrumentar tasas bancarias preferenciales para el descuento de cheques con acuerdos voluntarios con los bancos.
La decisión de volver a las líneas de crédito productivo, de todos modos, escapa a la órbita de Hernán Lacunza y deberá ser instrumentada por Guido Sandleris.