En el marco del viaje a Nueva York que emprenderá la semana próxima, el presidente Mauricio Macri tiene en agenda una importante reunión que podría ser decisiva para el futuro de su gestión de cara a las relaciones y vínculos que el Gobierno busca recomponer con el mundo de las finanzas internacionales.
Ese mismo día, el Jefe de Estado tiene agendado un encuentro con los principales ejecutivos de un grupo de bancos con sede en Estados Unidos ante quienes buscará explicar que el país se encamina hacia un sendero de mayor tranquilidad y equilibrio y que el año próximo se comenzará a notar una recuperación de la economía argentina.
De la reunión participarán referentes de los bancos Citi, Itaú, JP Morgan, Goldman Sachs, entre otras entidades. Será un desayuno privado en el cual Macri estará acompañado por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el titular del Banco Central, Luis Caputo. Y el objetivo estará puesto en recuperar la confianza en el país de parte de los grandes grupos financieros del mundo. Es decir, de los principales inversores internacionales.
La reunión servirá para que el propio Presidente trate de convencer a estos banqueros de que el rumbo tomado por la Argentina está lejos de terminar en un default, de que el país podrá hacer frente a los pagos de su deuda y también a cumplir con el acuerdo ahora renegociado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Además de estos bancos, es probable que también sean de la partida representantes de los fondos Templeton y Black Rock, que vienen trabajando con el gobierno de Cambiemos en la relación con los inversores de Wall Street.
Seguramente el jefe de Estado lleve al meeting copias del proyecto de Presupuesto 2019 que ya envió al Congreso y que contiene las proyecciones económicas y financieras con que el Gobierno tiene pensado moverse el año próximo. Se trata de un dato para reforzar la promesa presidencial de que el país tiene capacidad de cumplir con sus compromisos financieros durante 2019.
Es decir, será el propio Macri y no alguno de sus colaboradores más estrechos quien asumirá la tarea de calmar el nerviosismo y las preocupaciones que la Argentina genera entre los tenedores de su deuda a partir de abril, cuando el dólar inició su disparada y los ratios económicos comenzaron a desmoronarse, con una inflación casi desbocada, caída de la actividad, crecimiento de la pobreza y conflictos con los gremios y las organizaciones sociales, entre otros efectos negativos.
De hecho, la reunión con los banqueros será previa a la visita de Macri a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adonde se dirigirá luego para participar de la asamblea anual de esta organización internacional.
También está invitado por la organizacipon Atlantic Council a recibir un premio por su "dedicación incansable y desinteresada con su país y su gente a través de sus políticas pragmáticas, el compromiso con la reforma y la revitalización económica, y la renovación de las relaciones con socios internacionales, ejemplificado con la actual presidencia de la Argentina en el G20". Buscará además reunirse con Donald Trump para agradecerle el respaldo público que el presidente de Estados Unidos hizo a la Argentina y al desempeño económico del Gobierno y las negociaciones que estableció con el FMI.
A diferencia de su último viaje a Nueva York, que fue organizado por Luis Caputo cuando era ministro de Finanzas, la agenda de reuniones que tendrá el Presidente esta vez será programada por Nicolás Dujovne. Y que la primera parada de su agenda sea el desayuno con los banqueros no es un dato menor, y revela las prioridades que Macri le impone a su agenda, por lo menos, en estos momentos de crisis en los cuales su objetivo está más abocado a despejar las dudas que sobre el país tienen los mayores grupos financieros del mundo.
Más que nada porque entre los banqueros que desayunarán con Macri algunos han venido participando de la colocación de deuda de la Argentina o son básicamente tenedores de papeles o acreedores del país, junto a un importante grupo de fondos inversores internacionales. Quien habría convencido a los hombres de las finanzas de que participen del encuentro habría sido el vicepresidente del Banco Central, Gustavo Cañonero, un viejo conocedor del funcionamiento financiero de Wall Street.
Así las cosas, el Jefe de Estado se convenció de viajar a Nueva York más que nada para enfrentar de manera directa las dudas de los banqueros sobre la situación del país, más que de participar en el evento de la ONU, al cual el año pasado incluso faltó y envió a la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti en representación de la Argentina.
En ese sentido, lo que Macri les recordará a este grupo de entidades financieras es varias de las estrategias asumidas por su gobierno luego de ganarle al kirchnerismo, tales como la apertura de la economía, el regreso a los mercados internacionales, el ascenso del país a mercado emergente e incluso el respaldo logrado para salir de la situación actual de parte del FMI y del propio gobierno de Estados Unidos.
Un mensaje también orientado a separar a la Argentina del resto de los mercados emergentes que vienen sufriendo la crisis y cuyos bonos son castigados tanto como los del país. Lo mismo sucede con las acciones y los ADRs de las empresas argentinas que cotizan en Nueva York que han perdido mucho valor en lo que va del año.
En este sentido, es de esperar que Macri también haga referencia a la causa de los "cuadernos de las coimas" y a cómo se desenvuelven las empresas involucradas en el caso de pago de sobornos y coimas a ex funcionarios del anterior gobierno kirchnerista. Más que nada porque algunas, como el caso de Techint, cotizan en Wall Street y es más que probable que en algún momento sean sancionadas por la Securitie and Exchange Commission (SEC), el organismo que controla y regula el mercado de valores de Estados Unidos.