Sale a la venta otro auto eléctrico "made in Argentina", que competirá contra las dos opciones de origen nacional que ya se encuentran disponibles en el mercado local.
El fabricante de productos de electrónica Coradir empieza a comercializar Tito, un vehículo eléctrico que creó en su planta de 5000 metros cuadrados de San Luis. El modelo se suma al cordobés Volt y el Sero Electric, fabricado en el Parque Industrial Tecnológico Aeronáutico de Morón (Pitam), en la provincia de Buenos Aires.
La preventa incluye 50 unidades de Tito con un 20% de descuento sobre el precio final de lista, de u$s 15.000. "Con la rebaja, queda a u$s 12.000. Para el pago, se toma en cuenta el valor oficial del dólar minorista del Banco Nación, ahora en $ 98,75, por lo que el precio final hoy es de $ 1.185.000, con IVA incluido", detalla Juan Manuel Baretto, presidente de Coradir.
Preventa
Los interesados deben inscribirse en la sección "Quiero mi Tito" en el sitio web de la empresa. La reserva se concreta con una seña de $ 19.700 y la totalidad del pago se efectúa a los 120 días, cuando se entrega el vehículo.
"Ya hubo seis reservas desde el lanzamiento hace 12 horas. La demanda superó las expectativas. Cuando anunciamos la presentación en 2020, recibimos pedidos y consultas de 600 particulares y concesionarias. Si el primer stock se agota rápidamente, probablemente habilitaremos una segunda preventa", asegura Baretto.
Sus competidores se ofrecen a precios similares. El Volt se vende en tres versiones. El Z1 cuesta $ 1 millón; el W1, $ 1,9 millón; y el E1, 2,3 millones. Por su parte, el Sero Electric está disponible en sus modelos Sedán y Cargo Alto, con valores de $ 1,2 millón y $ 1,9 millón, respectivamente.
Sale en preventa Tito.
Características técnicas
Tito se presenta como un vehículo sin combustible y económico, que funciona con un propulsor eléctrico de alta eficiencia y consume un 90% menos que un naftero. "Es silencioso (libre de ruido y vibración) y no genera emisiones de dióxido de carbono", afirma el directivo de la compañía.
Tiene una autonomía de 100 kilómetros con una carga eléctrica de ocho horas y su velocidad máxima es de 65 kilómetros por hora, dado que está pensado, principalmente, para ser utilizado en la ciudad.
Posee cuatro asientos y los traseros son rebatibles para lograr más espacio en el baúl. Trae una pantalla LED HD táctil, radio, Bluetooth, cámara de retroceso, cierre centralizado, levanta vidrios eléctricos y mando a distancia.
Trae una pantalla LED HD táctil.
Las baterías son de litio. "Originalmente habíamos pensado en usar de plomo, pero las reemplazamos por estas más eficientes y ecológicas", apunta Baretto. El auto está pensado para que quien lo adquiera no tenga que hacer en su casa ninguna modificación: directamente se enchufa a un conector domiciliario de 220V.
"La carga en el hogar implica, generalmente, realizar adaptaciones. El proceso es más lento, pero no le genera ningún inconveniente al usuario, ya que el cargador viene integrado al auto y no necesita ninguna adecuación: mientras duerme durante la noche, lo deja enchufado y cuando se levanta a la mañana ya está la carga completa", indica el vicepresidente de la firma.
A futuro, la empresa planea crear otros dos modelos: un utilitario de carga y otro con un chasis de aluminio y llantas más grandes.
Cómo surgió el desarrollo de Tito
Coradir nació en 1995 y se dedica a la fabricación y venta de artículos de electrónica y electrodomésticos, como computadoras, notebooks, celulares, accesorios, aspiradoras y televisores. Además, provee luminaria LED, equipos informáticos, servicios de Internet y software a medida.
La idea de crear un auto eléctrico surgió a partir de la alianza comercial de la pyme con la firma nacional productora de baterías Probattery. Desde que comenzaron a trabajar de forma conjunta hace tres años, llevaron a cabo varios proyectos. "Ofrecemos un amplio rango de productos y todos los años nos embarcamos en un desarrollo disruptivo", dice Baretto.
Tito lleva baterías de litio.
El primero fue la elaboración de baterías de litio para smartphones en una planta que Coradir tiene en Tierra del Fuego. Luego, le siguió otro de baterías inteligentes para antenas de computación y centros storage en el polo productivo de Probatterry en Buenos Aires. Cuando empezaron a pensar en la creación de baterías para dispositivos de movilidad sustentable, como monopatines y automóviles, notaron que había una baja demanda, ya que aún es escasa su producción en el país.
"Tuvimos que generar la propia demanda de las baterías que buscábamos fabricar. Así fue que nos propusimos generar una plataforma de desarrollo de un auto eléctrico. Es decir, un sistema base para que cualquier fabricante pueda crear su propio modelo. Pero a medida que avanzamos, nos dimos cuenta de que estábamos muy cerca de producir un vehículo. Entonces decidimos crear el nuestro", explica Baretto.
Coradir invirtió u$s 1,5 millón de fondos propios para montar una nueva línea de producción para el desarrollo de este auto, que demandó dos años. "El prototipo ya estaba listo desde el año pasado. Solo restan los permisos. La pandemia no interrumpió nuestros planes", sostiene Baretto.
Tito hace alusión a un "auto chiquito".
¿Por qué este nombre? "Hicimos una 'tormenta de ideas' y quisimos darle una impronta nacional, en lugar de usar términos en inglés. Cuando recibimos el folleto de la publicación en una instancia de evaluación, el archivo tenía como nombre 'Tito'. Nos pareció gracioso y simpático, en alusión a un coche chiquito", describe.
Baretto confía en el potencial del vehículo y considera que se trata de un producto pensado para estos tiempos. "Ya había en el país una crisis económica previa al coronavirus. Esto nos llevó a crear un auto que sea funcional al cliente, teniendo en cuenta sus necesidades y su poder adquisitivo actual. Este contexto será un catalizador de muchos cambios y cobrará impulso la movilidad eléctrica", concluye.
Fuente: El Cronista