El Merval cayó hoy más del 9 por ciento por un reflujo de fondos financieros hacia mercados seguros; también sufren los ADRs de empresas argentinas en Wall Street, informó AIM.
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Ni el paraguas que concedió el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la Argentina (aunque inédito en montos) alcanza para dejarla al margen del vendaval que se desató en los últimos días en los mercados del mundo al agregarse al final de la era del "dolar barato" la creciente inquietud que generó la escalada en el conflicto comercial entre Estados Unidos y China , más allá de que hoy la administración Trump haya pisado el freno.
Tampoco para disimular que, aún tras haber concedido esa especie de seguro de financiamiento al que fue en busca el Gobierno precisamente para calmar a los inversores e incluso tras haber logrado el ascenso en la calificación (de mercado "fronterizo" a mercado " emergente ", lo que significa volver al Nacional B tras haber estado en la B Metropolitana, en términos futboleros locales), la plaza doméstica sigue estando entre las más afectadas por el gigante reflujo de fondos financieros hacia las plazas consideradas más seguras, un movimiento que hoy comprime la tasa de rendimiento de los bonos de la deuda estadounidense a 10 años otro 1,7 por ciento para dejarlos en el 2,83 por ciento nominal anual.
Las pruebas del castigo al riesgo argentino se dejan ver esta tarde en otro derrumbe mayor al 9 por ciento del índice de precios líder de Bolsas y Mercados Argentinos (Byma) y en un nuevo aumento superior al 3 por ciento en la tasa de riesgo país, que escala hasta los 578 puntos alcanza su máximo nivel desde octubre de 2015, es decir, cuando Argentina estaba definiendo en las elecciones cual sería su rumbo.
Los operadores y analistas coinciden en que el castigo es general a "los mercados emergentes" y responde a una mayor aversión al riesgo. Pero también admiten que, en el caso de las acciones de empresas, el golpe en el caso argentino es mayor por el giro recesivo que ensayó la economía local tras la sequía y la corrida contra el peso, y el impacto que podría tener en los números de las cotizantes; algo más difícil de predecir porque el Gobierno dejó trascender que revalúa alguna de sus políticas sobre tarifas y precios.
Todo esto es lo que está detrás de la cuarta y fuerte caída consecutiva de la plaza accionaria local que acumula desde el viernes, y tras el rebote del 6 por ciento que trajo la mejora en la calificación, un retroceso del 14 por ciento. El desarme de posiciones en papeles locales, ya sean bonos o acciones, es lo que empujó también una nueva devaluación del peso cuyo precio saltó 30 centavos por demanda de creciente de billete y de coberturas cambiarias. De hecho, el volumen operado con contratos de dólar futuro, que tendía a la baja en los últimos días tras el final de la corrida, superaba hoy el equivalente " a los 1.300 millones de dólares, una cifra que creo es récord", observó Javier Marcuis, gerente de negocios de Sourthern Trust.
"Es evidente que hay menor apetito emergentes ante un clima financiero global más desafiante. Pero a eso se suma, en el caso argentino, los duros deberes económicos del FMI, así como sus implicancias políticas", evaluó Gustavo Ber, economista de la consultora Estudio Ber.
El derrumbe de la bolsa local tiene su origen en la ola de ventas que afecta a las acciones argentina que se operan en Wall Street. Y se amplía por la devaluación del peso. Allí los ADRs de Banco Supervielle encabezaban los fuertes descensos, con una baja del 10,7 por ciento pero también lucían muy golpeados los de Central Puerto (-10.2 por ciento); Banco Francés (-9,6 por ciento); Macro (-8,1 por ciento); y Loma Negra (-7,5 por ciento), entre otros.
La Nación. https://www.lanacion.com.ar/2147960-del-viento-de-cola-al-viento-de-frente-vuelven-a-hundirse-las-acciones-y-a-escalar-el-riesgo-pais