Durante la mañana del 7 de octubre de 2023, mientras el pueblo judío celebraba Sucot, Hamás llevó adelante un terrible atentado contra Israel. Ese día se marcó un punto de inflexión en el conflicto entre Israel y Palestina.
En aquel atentado, Hamás lanzó un ataque sorpresa desde la Franja de Gaza, en el que unos 6.000 palestinos cruzaron la frontera en 119 puntos y penetraron en Israel. Este evento desencadenó una serie de enfrentamientos y represalias que han tenido un impacto devastador en la región.
El atentado desencadenó una guerra que se mantiene como uno de los mayores puntos de conflicto en el mundo y preocupa en todo el globo a qué punto puede llegar y si termina en una gran guerra en todo Medio Oriente. En cuanto a las cifras del atentado y la incursión militar israelí sobre la Franja de Gaza, hasta el momento son:
Pérdidas humanas: el ataque dejó un saldo de 1.163 israelíes y extranjeros muertos, incluyendo 859 civiles, 282 soldados, 57 policías y 10 miembros de la Shin Bet.
Secuestros: alrededor de 250 israelíes, incluyendo 30 niños, fueron tomados como rehenes y llevados a la Franja de Gaza.
Destrucción: el conflicto ha causado una destrucción generalizada en la Franja de Gaza, con informes de más de 41.000 muertos y 96.000 heridos.
Desplazados: más de 1,9 millones de personas han sido desplazadas en la Franja de Gaza.
El impacto del atentado a nivel mundial
En primer lugar, la comunidad internacional dio el visto bueno a Israel para hacer uso de su derecho a la defensa tras el ataque, pero en los últimos meses se ha vuelto más cuesta arriba el apoyo para el Gobierno de Tel Aviv. Hoy, mientras Israel busca terminar con Hamás definitivamente y dar un golpe certero a Hezbolá, aliado de los terroristas palestino, en Líbano, desde la Organización de Naciones Unidas presionan para que se depongan las armas y se llegue a una solución pacífica.
Hoy, a un año del atentado, el mundo recuerda lo que ocurrió aquella mañana del 7 de octubre y repite dos premisas básicas: "Nunca más" y "Devuélvanlos a casa". El horror de aquella fiesta de Sucot, en la que los fundamentalistas islámicos atacaron el sur de Israel despertó uno de los períodos más violentos en las últimas décadas de Medio Oriente.