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Brasil: Nubes negras para Bolsonaro

El Tribunal Superior Electoral de Brasil investiga la compra de paquetes de divulgación de mensajes masivos con información falsa a través de WhatsApp de parte del candidato Jair Bolsonaro contra su rival electoral Fernando Haddad, lo que puede considerarse donación de campaña y está prohibido por ley. Ello podría derivar en la impugnación de la candidatura y la anulación de las elecciones.

Bolsonaro pagó para difundir noticias falsas contra Haddad.
Bolsonaro pagó para difundir noticias falsas contra Haddad.

El diario Folha de Sao Paulo revelpo que ciertas empresas admitieron que los políticos pagan para contar con bases de datos de terceros para hacer campaña por Whatsapp, algo que en Brasil está prohibido por la ley electoral.

El citado diario denunció que el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro, ganador de la primera vuelta, y favorito en las encuestas de cara al balotaje, pagó a empresas para que difundieran fake news contra el Partido de los Trabajadores y su candidato Fernando Haddad.

Y luego informó de la existencia de intercambios de correos electrónicos y la propuesta de un contrato que confirman la oferta de disparos masivos por WhatsApp a campañas políticas.

Según publicó Folha el pasado jueves las empresas compraron paquetes de disparos masivos de mensajes contra el PT en WhatsApp y preparan una gran operación para esta semana previa a la segunda vuelta de la elección.

Dicha práctica no es legal en Brasil dado que se trata de donación de campaña por parte de empresas, algo que está vedado por la ley.

Según el informe, las agencias ofrecían a las campañas listas de teléfonos de WhatsApp segmentados por región geográfica y otras clasificaciones.

¿Cómo funciona?

Una vez que el equipo de campaña dispone de la información, además de enviar mensajes masivos para millones de teléfonos, la usa para crear de grupos de WhatsApp administrados por números en los Estados Unidos.

Cada grupo propaga noticias falsas -incluso en blogs o sitios de Internet que simulan ser portales de noticias-, acompañadas de memes, videos y fotos trucadas.

Uno de los ideólogos de este tipo de campaña “sucia” ha sido Steve Bannon, ex asesor de Donald Trump involucrado en el escándalo de Cambridge Analytica.

En agosto pasado, Bannon se reunió en Manhattan con uno de los hijos de Bolsonaro, Eduardo, y le ofreció ayuda, informó TN de Argentina.

Algunos ejemplos de noticias falsas

Según el director de Datafolha, Mauro Paulino, el mecanismo ilegal usado por Bolsonaro “tuvo un impacto directo en el resultado electoral”.

Dijo que tanto en la elección nacional como las de São Paulo, Minas Gerais y Rio de Janeiro, las “fake news” de los últimos días de la campaña produjo un “fenómeno inédito que explica la diferencia entre las últimas encuestas y el resultado”.

En Río de Janeiro, el candidato a gobernador apoyado por los hijos de Bolsonaro, Wilson Witzel, un desconocido ex juez del Partido Social Cristiano de ultraderecha, estaba cuarto en las encuestas, con 11% de los votos tres días antes de las elecciones, subió a 17% en la víspera y finalmente obtuvo el 41,28%, por lo que quedó en el primer lugar.

En cuanto a la elección presidencial, el efecto de las noticia falsas fue “devastador” contra Fernando Haddad, un dirigente respetado que condujo durante siete años el Ministerio de Educación sin ninguna denuncia de corrupción y con excelentes resultados de gestión.

Entre las mentiras sobre Haddad, con las que bombardearon a los brasileños días antes de las elecciones, se encuentran, entre otras que cuando era ministro de Educación, distribuyó en las escuelas un “kit gay”, expresión inventada por Bolsonaro para referirse a un inexistente “manual” para convertir a todos los niños en homosexuales.

También se dijo que “tiene una Ferrari, una falsedad que se popularizó debido a una fotografía en la que Haddad conducía un auto de lujo de esa marca, aunque no era suyo y la foto fue tomada en la inauguración de un autódromo, cuando era intendente de San Pablo, y que el hombre que apuñaló a Bolsonaro era del PT y aparecía en una foto con Lula, trucada con Photoshop”, informó TN de Argentina.

Asimismo se indicó que “en un libro de Haddad, publicado años atrás, el candidato defendía el incesto y afirmaba que era normal que los padres tuviesen relaciones sexuales con sus hijos”.

TN detalla que también se denunció que “una de las propuestas del programa de Haddad era legalizar la pedofilia, que una mujer mayor, electora de Bolsonaro, había sido salvajemente golpeada por militantes de la campaña de Haddad (la mentira venía acompañada de una foto de 2013, de una actriz brasileña que había sufrido un accidente, y que la candidata a vice de Haddad, Manuela D’Ávila, usaba una remera con la frase “Jesús es travesti” (otra foto trucada)”.

Otro de los ejemplos de fake news contra el PT se refiere a que Lula, cuando viajó a Israel, “se había negado a colocar flores en el Museo del Holocausto (Lula fue al museo y colocó flores en una ceremonia oficial”.

También se difundió que “el PT preparaba un enorme fraude electoral con urnas electrónicas compradas en Venezuela (circulaban videos falsos de una urna electrónica que no dejaba votar a Bolsonaro)”, y que Haddad “había sido filmado recibiendo coimas (circulaba una nota falsa de un medio del grupo Globo, supuestamente firmada por un periodista que no trabaja allí)”.

Se trata de una muestra de las cientos de mentiras, segmentadas por grupos: “por ejemplo, la foto trucada de Manuela D’Ávila iba dirigida a grupos evangélicos y la mentira sobre Lula en el Yad Vashem, para grupos de la comunidad judía.

La cantidad de mentiras disparadas por día y la masividad de los envíos, que llegaban a millones de personas, funcionó como un “bombardeo fulminante y rápido, del que la campaña de Haddad, desorientada por un fenómeno que no vieron venir, no supo cómo defenderse”.

Es decir que a través de los grupos de WhatsApp hasta la más absurda teoría conspirativa adquiría “credibilidad para sus integrantes, que se encargaban de desparramarla entre familiares, amigos y vecinos”.

La red se transformó en un “grupo de pertenencia que produce identidad y el sentimiento de formar parte de un grupo de privilegiados que saben la verdad, por lo que no sólo creen en las fake news y teorías conspirativas, sino que también desconfían de cualquier información que no haya sido validada adentro, donde hay explicación para todo”.

¿Los diarios internacionales dicen que Bolsonaro es fascista? “Esos diarios están financiados por George Soros”. ¿El Ministerio de Educación y hasta la maestra de mis hijos confirman que el “kit gay” no existe? “Ellos saben que existe, pero el lobby de la “ideología de género” no les permite decir la verdad”. ¿La mayoría de los artistas se suman al movimiento #EleNão? “Son todos comunistas financiados por el PT”. ¿La televisión muestra que las manifestaciones contra Bolsonaro fueron masivas? “Esas imágenes son del último carnaval”, detalla TN.

Prohibido por ley

La legislación electoral brasileña, la cual fue reformada después del denominado “lava-jato”, prohíbe que las empresas realicen contribuciones económicas directas o indirectas o preste servicios gratuitos a candidatos.

Asimismo, se dispone que los presidenciables están obligados a declarar cada gasto o donación de terceros (personas físicas), y de no hacerlo es considerado “caja dos”, un delito grave.

Las dos figuras delictivas, es decir la donación de personas jurídicas y “caja dos”, puede derivar en la impugnación de una candidatura o a la anulación de las elecciones.

Mientras que la contratación directa o indirecta de un grupo de personas con la finalidad específica de emitir mensajes o comentarios en Internet para “ofender la honra o ensuciar la imagen de un candidato” es penalizada, incluso con prisión.

La legislación brasileña establece que con esas estrategias se puede también incurrir en el crimen de abuso de poder económico, por lo que si se considera que tuvo influencia determinante, puede llevar a la anulación del candidato.

Investigación

Por su parte, el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil abrió el sábado una acción para investigar la compra de los denominados disparos masivos y la fiscal general de la República, Raquel Dodge, pidió a la Policía Federal investigar para averiguar el caso, pero no se espera que haya resultados antes de la segunda vuelta electoral.

WhatsApp inició su propia investigación interna, prohibió cuentas asociadas a las cuatro agencias citadas en el reportaje de Folha, Quickmobile, Yacows, Croc Services y SMS Market, y envió una notificación extrajudicial para que dejen de enviar textos masivos y utilizar números obtenidos de base de terceros.

Bloqueó cientos de miles de números de Brasil usados para divulgar masivamente noticias falsas a favor de Bolsonaro, además de una serie de números de los Estados Unidos que eran parte del mecanismo. Entre los números suspendidos figura el de Flavio Bolsonaro.

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