Mientras el presidente de Brasil Jair Bolsonaro se reunía en Washington con su par de Estados Unidos, Donald Trump, el vice en ejercicio de la presidencia, Hamilton Mourao, no dudó en enviar una fuerte señal a los mercados y marcar el rumbo para el resto de los países de la región siempre atentos a lo que sucede en Brasil: "Todo lo que se pueda privatizar, se privatizará".
La frase remonta a los argentinos al año 1989 cuando el entonces ministro de Obras y Servicios Públicos del entonces presidente Carlos Menem, Roberto Dromi, aseguró en uno de los actos fallidos más recordados de los últimos tiempos que "nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado".
En aquella oportunidad el gobierno de Menem encaraba una profunda Reforma del Estado a partir de la ley 23.696 sancionada en agosto de 1989, que terminó con la privatización de más de 60 empresas estatales, entre ellas algunas de servicios esenciales básicos como el abastecimiento de agua, gas, luz y transporte.
El de Mourao lejos estuvo sin embargo de ser un fallido. Se trata de un indisimulado lineamiento político que el gobierno de Bolsonaro impulsa desde el Palacio de Planalto y que, presumiblemente, podría acelerar los procesos de retirada del Estado en otros países de la región como el que experimenta la Argentina desde el desembarco de Mauricio Macri en la Casa Rosada.
Ante los poderosos empresarios del Grupo Lide reunidos en San Pablo, Mourao anticipó: "Vamos a reformar el estado de bienestar, el sistema tributario, privatizar todo lo que hay que privatizar y reformar el sistema educativo".
Entre las reformas que impulsa el gobierno de Bolsonaro se encuentra una profunda reforma del sistema previsional que habilitaría un sistema mixto en el que los trabajadores podrán optar por adquirir seguros de retiro privados.
Algo similar al camino adoptado por el gobierno de Macri en la Argentina que semanas atrás otorgó beneficios impositivos a esta clase de seguros al tiempo que las recomendaciones del FMI sugieren reducir el ratio haber / salario con el que se jubilan los trabajadores. Para los abogados previsionalistas se trata de una privatización de hecho del sistema previsional ya que los trabajadores se verán obligados a contratar seguros de retiro privados para completar sus magras jubilaciones.
Mourao defendió además una gradual "apertura de la economía al comercio mundial" y no dudó en apelar al ya gastado manual neoliberal para pedirle "sacrificio" a los que menos tienen con la promesa de un futuro venturoso: "Hay un precio que el país tendrá que pagar a corto plazo para que a largo plazo la nación sonría a todos".
Muy parecido al varias veces utilizado "vamos a tener que poner el hombro" de Macri.