El líder norcoreano, Kim Jong-un, desaira la tregua olímpica de Pekín 2022 e insta a la reapertura formal del expediente norcoreano frenado sobre el escritorio del presidente estadounidense, Joe Biden, con el lanzamiento de un misil balístico intermedio
Corea del Norte disparó un “proyectil no identificado” el domingo al mar del Este, también conocido como mar de Japón, según denunció el Ejército de Corea del Sur, el último de una serie de pruebas de misiles realizadas por Pyongyang en las últimas semanas.
"Corea del Norte disparó un proyectil no identificado al mar del Este", comunicó en un comunicado el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
En tanto que el servicio de guardacostas de Japón también señaló la detección de "un posible misil balístico" lanzado desde Corea del Norte.
El gobierno norcoreano parece estar “a punto de destruir la moratoria (de paz) que declararon”, alertó en un comunicado el presidente surcoreano Moon Jae-in tras una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional del país. Es solo el principio de las preocupaciones que Corea del Sur vive después de las consecuentes pruebas de misiles que el gobierno de Kim Jong Un ha lanzado al mar del este surcoreano, también llamado Mar de Japón. El último ensayo fue ayer, en el día de la amnistía a favor de los condenados por “crímenes contra el País y el pueblo”. “No había habido uno (misil) tan potente” desde 2017, aseguraron voceros del ejército en Seúl.
Todo hace pensar que las “provocaciones”, como las definió el gobierno de Moon Jae-in, pueden continuar, ya que los últimos intentos de condena por parte del Consejo de Seguridad de la ONU fueron frenados por China y Rusia.
Estas pruebas desairan la tregua olímpica de Pekín 2022 e insta a la reapertura formal del expediente norcoreano frenado sobre el escritorio del presidente estadounidense, Joe Biden, con el lanzamiento de un misil balístico intermedio (IRBM por sus siglas en inglés).
Se trata de la séptima prueba armamentística de Corea del Norte en lo que va del año, en un momento en el que el régimen despliega sus músculos militares mientras ignora las ofertas de diálogo de Estados Unidos.
La última vez que Corea del Norte probó tantas armas en un mes fue en 2019, después de que fracasaran las negociaciones de alto perfil entre el dictador Kim Jong Un y el entonces presidente estadounidense Donald Trump. Desde entonces, las conversaciones con Estados Unidos se han estancado, y el país se tambalea económicamente por las sanciones internacionales y un bloqueo al exterior autoimpuesto para proteger a la población del coronavirus.
Fin de la tregua
Kim Jong-un abogó en diciembre por mantener el desarrollo armamentístico del país y, en enero, ha presenciado alguno de los ensayos y la semana pasada visitó una “importante” fábrica de municiones. ”Kim ha estado aguantando su apetito de hacer pruebas y provocar”, dijo a AFP Soo Kim, analista de RAND Corporation.
Ahora, “el momento es perfecto y el continuo lanzamiento de misiles de Corea del Norte lanza otra bola de fuego a la ya repleta carpeta de desafíos de política exterior de Washington”, añadió la experta.
En 2017, el último frenesí de ensayos militares de Corea del Norte terminó desembocando un año después en la histórica cumbre entre Kim Jong Un y el presidente estadounidense Donald Trump en Singapur. Pero tras el colapso de las conversaciones con Trump en 2019 en Hanói, las negociaciones entre Pyongyang y Washington quedaron paralizadas a pesar de los estériles llamados de la administración Joe Biden para retomarlas.
Esta serie de pruebas llega en un momento delicado para la región. El principal aliado de Kim, China, se prepara para inaugurar en unos días los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín y Corea del Sur celebra elecciones presidenciales en marzo.
Y a nivel interno, Corea del Norte se prepara para celebrar en febrero el 80 aniversario del nacimiento del padre de Kim, el fallecido Kim Jong II, y el 110 cumpleaños de su abuelo, el fundador del país Kim II Sung, en abril.