La sección restante del edificio colapsado Champlain Towers South en Surfside, Florida, fue demolida este domingo 4 de julio, a pesar todavía no tener noticias respecto de 121 desaparecidos, y tras haberse encontrado al menos 24 cuerpos.
Agentes de policía advirtieron a los transeúntes minutos antes la detonación mediante una alarma. Tras hacerla sonar en repetidas ocasiones, fue silenciada para dar paso a la explosión controlada, que tuvo lugar alrededor de las 11.30 (hora de Argentina).
Una vez el edificio cedió ante los explosivos, una enorme columna de polvo y humo comenzó a distribuirse sobre el cielo. La misma sopló hacia el oeste en el vecindario de viviendas unifamiliares que conforman la tranquila ciudad costera.
Hasta restablecerse el control de la zona y la visibilidad, se han suspendido momentáneamente todas las operaciones de búsqueda y rescate. Autoridades anticipan que podrían retomarse a horas de la madrugada del lunes 5 de julio.
La decisión de detonar la estructura restante fue tomada a modo de precaución, ya que los rescatistas involucrados en la búsqueda no podían profundizarle por riesgo a que se produjeran aun más derrumbes, poniendo en peligro sus vidas.
Daniella Levine Cava, alcaldesa del condado de Miami-Dade, explicó que "derribar el edificio es fundamental para expandir la operación de búsqueda, a la vez que aclaró que "la demolición en sí se limita al área inmediata alrededor del edificio".
“Sin embargo, hay polvo y otras partículas que son un subproducto inevitable de todo tipo de demoliciones y, como medida preventiva, instamos a los residentes de las inmediaciones a permanecer en el interior”, concluyó Cava.
La mayor parte del edificio Champlain Towers South se había derrumbado ya en las primeras horas del jueves 24 de junio, levantando también una enorme nube de polvo, en una de las mayores catástrofes urbanas de la historia de Estados Unidos.
Otro de las razones que motivó dicha demolición recae en la inminente llegada de la tormenta tropical Elsa a Florida, que se pronostica arribaría a los Cayos el martes 6 de julio, para luego desplazarse por la costa oeste del estado.
"Destruir este edificio, dado que se avecina una enorme tormenta a nuestro territorio, es prudente. Sin embargo, íbamos a tener que hacerlo de todos modos", puntualizó el gobernador de Florida, Ron DeSantis.