Hace unas semanas, militares estadounidenses informaron haber visto objetos voladores que viajaban a velocidades hipersónicas por el cielo y que cambiaban de dirección en maniobras que ninguna aeronave conocida podría realizar.
El gobierno estadounidense no puede afirmar que los objetos vistos por los militares sean naves extraterrestres, pero tampoco puede explicar de dónde provienen. Las imágenes en las que se aprecian estos fenómenos alimentaron aún más las teorías sobre la existencia de vida inteligente en otros planetas.
Sin embargo, un científico explicó que los habitantes de la Tierra deberíamos estar agradecidos de que todavía no hayamos contactado con alguna civilización alienígena porque aseguró que intentar comunicarse con extraterrestres, si es que existen, podría resultar “extremadamente peligroso” para la humanidad e incluso acarrear el final de la vida en nuestro planeta.
El físico y escritor científico Mark Buchanan publicó un artículo en The Washington Post en el que advirtió que, si la humanidad establece contacto con cualquier tipo de extraterrestres, estos serían “mucho más avanzados” que nosotros, ya que la mayoría de las estrellas de nuestra galaxia son mucho más antiguas que el Sol.
“Muchas de estas civilizaciones probablemente habrían dado pasos significativos para comenzar a explorar y, posiblemente, colonizar la galaxia”, indicó el experto.
En cuanto a por qué no se han encontrado aún pruebas de la existencia de seres de otros planetas, pese al esfuerzo de toda la comunidad científica para hallarlos, Buchanan manifestó que “los alienígenas serían tan ajenos y se diferencian tanto de nosotros que sencillamente no podríamos interactuar con ellos”.
Otra de las razones que indicó el especialista por las que todavía no hubo contacto con civilizaciones extraterrestres es que estas hayan elegido mantenerse en silencio porque son conscientes de que el envío de señales a otros mundos podría derivar en una catástrofe. Para argumentar esta posición, el autor del artículo recurrió al ejemplo del colonialismo en los que abundan los casos de una civilización que destruye o esclavizaba a otra menos avanzada.
“Nuestra historia en la Tierra nos ha dado muchos ejemplos de lo que puede suceder cuando se encuentran civilizaciones con tecnología desigual. En general, la tecnología más avanzada ha destruido o esclavizado a la otra. Una versión cósmica de esta realidad podría haber convencido a muchas civilizaciones alienígenas de permanecer en silencio”, dijo Buchanan.
La opinión de sus colegas
Buchanan se mostró preocupado por los intentos de sus colegas de desarrollar la Mensajería de Inteligencia Extraterrestre (Meti, por sus siglas en inglés), un programa que busca emitir mensajes hacia otras estrellas con la esperanza de contactar con otras civilizaciones.
Douglas Vakoch, de Meti Internacional, sostiene que no es realista preocuparse por el peligro de una invasión extraterrestre, porque se estuvo enviando transmisiones de radio y televisión al espacio durante un siglo, y una civilización mucho más avanzada que la nuestra probablemente ya las habrá detectado. Si hubieran querido invadir nuestro planeta, ya lo hubieran hecho.
Vakoch también considera que los extraterrestres podrían haberse enfrentado al desafío de evitar su propia desaparición como especie, por lo que los humanos nos arriesgamos a perder esa “orientación” que “podría mejorar la sostenibilidad de nuestra propia civilización”.
¿Cuál es el consenso global?
Buchanan cree que, si toda la humanidad está expuesta a las posibles consecuencias al tratar de contactar civilizaciones alienígenas, entonces más personas deberían participar en la toma de decisiones sobre lo que debería hacerse.
El astrónomo John Gertz de Seti (el acrónimo que significa Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), desarrolló diversas propuestas para avanzar hacia una consideración pública más inclusiva de estas actividades y propone introducir leyes y acuerdos internacionales que prohíban a los individuos o estados establecer contactos con extraterrestres. Este tipo de intentos, sin contar con un consenso amplio de algún ente global como la ONU, deberían contemplarse como “un peligro imprudente para toda la humanidad” por lo que deberían acarrear consecuencias penales.
Dado que el asunto se adentra en terreno desconocido, y a la vista de todos los riesgos existentes, el experto se muestra a favor de esperar, lo que no significa olvidar la cuestión, pues las capacidades de escucha pasiva van mejorando.
Para concluir, Buchanan expresó que cualquiera sea el camino elegido, escuchar a los extraterrestres o tratar de llamarlos, es necesaria una discusión pública más amplia para desarrollar una regulación sensata. “Y debería suceder ahora. O pronto. Antes de que sea demasiado tarde”, advirtió.