El gobierno italiano mostró un claro y abierto enfrentamiento por el caso de los 147 inmigrantes a bordo del buque español Open Arms. El primer ministro Giuseppe Conte criticó con dureza a su segundo, el vicepremier y ministro del Interior Matteo Salvini, porque se opone hasta al desembarco de 32 chicos a bordo del barco, al que acusó de "desleal" y "obsesivo" con el tema.
Salvini le respondió que efectivamente era un obsesivo "por la seguridad de los ciudadanos" y no "un alma bella". El vicepremier se las arregló para volver a bloquear el desembarco, lo que demora la inmigración de los náufragos a cinco países europeos que se ofrecieron a aceptarlos si Italia los procesa. Apenas cinco fueron evacuados a tierra firme por presentar síntomas psicológicos.
Conte atacó a Salvini por Facebook con una carta en la que decía que "hablar como ministro del Interior y alterar una posición clara de tu Presidente del Consejo, escrita negro sobre blanco, es un claro ejemplo de colaboración desleal, la enésima a decir verdad, que no puedo aceptar". Salvini, lejos de contemporizar, respondió que "cuando me critica la obsesión por los puertos cerrados, se lo confirmo: Tengo una obsesión: la seguridad de los ciudadanos. No me pagan por ser un alma bella, sino por defender la seguridad". El vice confirmó que mantendrá el rechazo al desembarco de las personas que aguardan una resolución frente a la isla del sur italiano.
Laura Lanuza, la vocero de la ONG española Open Arms explicó que su barco "está a una milla de Lampedusa, pero todavía no tenemos permiso ni para desembarcar ni para entrar en el puerto". La situación de la nave ya lleva dos semanas y las condiciones a bordo se deterioran, por lo que "volvimos a solicitar formalmente el permiso de desembarco y que suba un equipo médico y psicológico para detectar si hay algún caso que se deba evacuar. Estamos presionando porque el estado de todas las personas está muy al límite, están extenuados".
Ante el pedido de la ONG, un equipo formado por miembros de la Guardia di Finanza, la Guardia Costera italiana y médicos forenses abordaron el barco "para revisar a los 147 náufragos y chequear toda la documentación", indicó Lanuza. Según el diario Repubblica, los médicos constataron que las condiciones sanitarias a bordo son "pésimas"
Mientras tanto, la situación podría resolverse si se permitiera a los refugiados desembarcar en Lampedusa, la pequeña isla italiana que es el punto más cercano de Europa a África. El premier Conte anunció que Francia, Alemania, Portugal, España y Luxemburgo se mostraron disponibles a aceptar a parte de las personas si son desembarcadas. "Una vez más mis homólogos europeos nos tienden la mano", dijo Conte.
Pero si Salvini sigue bloqueando el desembarco, no es posible que estos países reciban cada uno a un grupo de refugiados. Esta pelea en el gobierno italiano se entiende en el contexto de una crisis cada vez más dura en la coalición formada por la Liga, de Salvini, y el Movimiento Cinco Estrellas. El premier Conte enfrenta un pedido de voto de desconfianza de Salvini, que se haría la semana próxima y podría terminar con la coalición y su gobierno.
La pelea se extendió a la ministra de Defensa Elisabetta Trenta, del Cinco Estrellas, que pide hace días que Italia "actúe con humanidad" y le de refugio por lo menos a los niños a bordo del Open Arms. Subiendo la apuesta, la ministra dijo que se rehusaba a apoyar la nueva prohibición de desembarco "en nombre dela humanidad". Salvini le contestó por Twitter que "la ministra de Defensa no firmó la prohibición de desembarco. Humanidad no significa ayudar a traficantes y a ONG".
Esta última pelea se debe a que el miércoles un tribunal anuló el decreto de Salvini que le prohibía a ningún barco con refugiados entrar en aguas italianas. El castigo eran multas muy altas y una posible incautación de los barcos. Pero el tribunal hasta se encargó de autorizar al Open Arms a que entrara en aguas italianas rumbo a Lampedusa. Apenas se conoció el fallo, la ministra Trenta mandó dos naves de la armada a escoltar el Open Arms hasta Lampedusa y les ordenó que desembarcaran a los chicos a bordo.
Entonces Salvini contraatacó con un segundo decreto en el que prohibía que se desembarcaran los náufragos en cualquier puerto italiano. Es por eso que el Open Arms está ahora a una milla náutica de Lampedusa, dentro de aguas italianas, pero sin poder desembarcar a los 147 rescatados. Salvini twitteó que "es gracias a este presunto concepto de humanidad que en los años del gobierno del Partido Democrático Italia se convirtió en el campo de refugiados de Europa".
A última hora, permitieron que fueran llevados a un hospital cinco de los náufragos que presentaban síntomas psicológicos, cuyo detalle no se conoce.