Berlín 14 de mayo de 2019 (AIM) Las primeras pesquisas del crimen de la ballesta abren la hipótesis de un suicidio colectivo. En los cuerpos no hay indicios de que hubiera terceras personas implicadas. Una de las fallecidas trabajaba en un comercio de artículos medievales.[{adj:45079 alignright}]
Las primeras investigaciones de los crímenes de la ballesta en Alemania empiezan a ofrecer algo de claridad en torno a las misteriosas circunstancias de cinco muertes en dos puntos del país, separados por cientos de kilómetros. Los investigadores descartan que se ejerciera violencia, lo que podría apuntar a la posibilidad de un suicidio coordinado.
La autopsia de dos de los cuerpos hallados en Passau, en el sur del país, -un hombre de 53 años y una mujer de 33, que aparecieron muertos de la mano, tumbados en la cama-, desvela que murieron por un disparo en el corazón. Vestían de negro y llevaban piercings en el cuerpo. Una tercera mujer, de 30 años, dependienta de una panadería, murió de un disparo en la garganta.
De los resultados de la autopsia se desprende también que la más joven disparó a la pareja antes de quitarse la vida, en un acto que podría considerarse un suicidio pactado, según detalló la agencia de noticias alemana citando a la Fiscalía. Los cuerpos de la pareja aparecieron con varias flechas, que habrían sido disparadas tras el disparo mortal.
No hay indicios de que hubiera terceras personas implicadas y la policía investiga ahora si los fallecidos consumieron estupefacientes antes de morir. Los cadáveres fueron encontrados por una empleada de la pensión en la que se hospedaban. Una de las ballestas fue comprada en la vecina Austria, según los resultados de las pesquisas. La policía analiza también un vehículo blanco en el que viajaron los fallecidos.
Mientras, a 600 kilómetros al norte de Passau, en el Estado de Baja Sajonia, se encontraron el lunes los cadáveres de otras dos mujeres. La policía local indicó que los resultados de la autopsia descartaban el uso de la violencia. “No hay evidencia de que se ejerciera violencia externa contra las mujeres. Según las primeras investigaciones, las muertes se produjeron hace unos días”, indica en un comunicado la policía de Gifhorn.
Alquimia y aguamiel
Sendos cuerpos fueron hallados el lunes en la localidad de Wittingen, sin que sin embargo aparecieran flechas en el lugar del crimen. Se trata de una mujer de 19 años y otra de 35, profesora y residente desde el pasado marzo en la localidad en la que apareció muerta. Esta última era la pareja de una de las víctimas del sur del país, según la policía. Los agentes descubrieron los cadáveres, cuando acudieron al domicilio a informarles de las muertes en Passau.
La prensa alemana informó además de que una de las tres víctimas halladas juntas regentaba una tienda de artículos medievales en una localidad cercana a Bonn. Se llama Milites Conductius y allí vendía armaduras y aguamiel y ofrecía clases de lucha con espadas. Estos primeros hallazgos han despertado las especulaciones sobre una posible motivación esotérica o relacionada con la alquimia.
Fuente: El País de España