Un grupo de científicos ha hallado rastros de agentes protectores solares en el Polo Norte, concretamente en los glaciares del archipiélago de Svalbard, lo que demuestra hasta dónde pueden llegar estos productos que contienen diversos compuestos tóxicos para el medio ambiente.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Ca' Foscari de Venecia y el Instituto de Ciencias Polares (CNR-ISP), en colaboración con el Centro Universitario de Svalbard (Unis), midió por primera vez la concentración de estos productos en el Ártico, e indagó sobre su origen. Los resultados se han publicado en la revista Science of the Total Environment.
El objetivo del trabajo era presentar la primera visión general de la presencia de productos de cuidado personal en el Ártico, proporcionando datos sobre su distribución espacial y estacional en el manto de nieve. Por ello, entre abril y mayo de 2021 se realizaron muestreos en cinco glaciares ubicados en la península de Brøggerhalvøya.
Para la investigación fue seleccionada una amplia variedad de sitios, tanto cerca de asentamientos humanos como en lugares remotos, lo que permitió estudiar la presencia y el comportamiento de contaminantes emergentes, que son compuestos actualmente en uso, pero bajo vigilancia por su potencial nocividad para el medio ambiente. Los resultados revelaron la presencia en las latitudes más altas de varios compuestos de uso común, como materiales de fragancia y filtros UV.
"Muchos de los contaminantes que hemos analizado, como la benzofenona-3, el octocrileno, el metoxicinamato de etilhexilo y el salicilato de etilhexilo nunca antes se habían identificado en la nieve del Ártico", dice Marianna D'Amico, estudiante de Ciencias Polares en la Universidad Ca' Foscari de Venecia y primera autora del estudio.
"Los resultados muestran que la presencia de contaminantes emergentes en zonas remotas puede atribuirse al papel del transporte atmosférico a larga distancia", explica Marco Vecchiato, investigador de Química Analítica en Ca' Foscari y coautor del artículo. "De hecho, las concentraciones más altas se encontraron en las deposiciones invernales. Al final del invierno, las masas de aire contaminadas de Eurasia llegan más fácilmente al Ártico", explicó.
"El ejemplo más notable se refiere a ciertos filtros UV que normalmente se utilizan como ingredientes en las cremas solares. Las mayores concentraciones invernales de estos contaminantes sólo se encuentran en las regiones habitadas en latitudes más bajas: en Svalbard, durante la noche ártica, el sol no se levanta y no se utiliza protector solar", continúa Vecchiato.
La distribución de algunos de estos contaminantes varía con la altitud. La mayoría de los compuestos tienen concentraciones más altas en altitudes más bajas, excepto el octocrileno y la benzofenona-3. Estos dos filtros UV, comúnmente utilizados en protectores solares, son más abundantes en las cimas de los glaciares, donde debieron viajar desde latitudes más bajas transportados por la circulación atmosférica.
Estos datos serán útiles para programas de seguimiento en la zona y para la protección del ecosistema local. Ya se han detectado efectos adversos causados por este tipo de contaminantes en los organismos acuáticos, como alteraciones en las funciones del sistema endocrino y hormonal. Algunos de estos compuestos están sujetos a regulaciones en varias islas del Pacífico y están siendo investigados por la Unión Europea.
Para la protección del medio ambiente del Ártico, será fundamental cuantificar la reemisión de contaminantes al medio ambiente debido al deshielo. "Será fundamental comprender cómo se transportan y depositan estos contaminantes en las zonas polares, especialmente en relación con las variaciones de las condiciones estacionales locales", concluye Andrea Spolaor, investigador del CNR-ISP.
"Estas condiciones están cambiando rápidamente debido al cambio climático, que ocurre cuatro veces más rápido en el Ártico que en el resto del mundo", añade.
Fuente: El Periódico (España)