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La próxima meta de Facebook: Ser una experiencia religiosa

El gigante tecnológico está aumentando sus alianzas oficiales con grupos religiosos en EE. UU. y da forma al futuro de las comunidades de fe.

Meses antes de que la megaiglesia Hillsong abriera su nueva sede en Atlanta, su pastor pidió consejo sobre cómo construir una iglesia en una pandemia.
A Facebook.

El gigante de las redes sociales tenía una propuesta, recordó el pastor Sam Collier en una entrevista: utilizar la iglesia como caso de estudio para explorar cómo las iglesias pueden “llegar más lejos en Facebook”.

Durante meses, los desarrolladores de Facebook se reunieron una vez a la semana con Hillsong y exploraron cómo sería la iglesia en Facebook y qué aplicaciones podrían crear para los donativos financieros, la capacidad de video o la transmisión en directo. Cuando llegó el momento de la gran inauguración de Hillsong en junio, la iglesia emitió un comunicado de prensa en el que decía que se “asociaba con Facebook” e iba a transmitir sus servicios de manera exclusiva en la plataforma.
Más allá de eso, Collier no podía dar muchos detalles, ya que había firmado un acuerdo de confidencialidad.

“Ellos nos están enseñando y nosotros les estamos enseñando a ellos”, dijo. “Juntos estamos descubriendo cuál podría ser el futuro de la iglesia en Facebook”.
Facebook, cuya capitalización bursátil superó hace poco el billón de dólares, puede parecer un socio inusual para una iglesia cuyo objetivo principal es compartir el mensaje de Jesús. Pero la compañía ha estado desarrollando asociaciones con una amplia gama de comunidades religiosas en los últimos años, desde congregaciones individuales hasta grandes denominaciones, como las Asambleas de Dios y la Iglesia de Dios en Cristo.

Ahora, después de que la pandemia de coronavirus obligó a los grupos religiosos a explorar nuevas maneras de operar, Facebook ve una oportunidad estratégica aún mayor para atraer a usuarios muy comprometidos a su plataforma. La empresa pretende convertirse en la sede virtual de la comunidad religiosa y quiere que las iglesias, mezquitas, sinagogas y otras entidades integren su vida religiosa en su plataforma, desde la celebración de servicios de culto y la socialización más informal hasta la solicitud de dinero. Está desarrollando nuevos productos (como el audio y el intercambio de oraciones) dirigidos a grupos religiosos.

La vida religiosa virtual no va a sustituir a la comunidad presencial en un futuro próximo, e incluso sus partidarios reconocen los límites de una experiencia que solo es posible en la red. Pero muchos grupos religiosos ven una nueva oportunidad de influir en la vida espiritual de un mayor número de personas a través de Facebook, quizá la empresa de redes sociales más grande e influyente del mundo.

Las asociaciones revelan cómo las grandes tecnologías y la religión están convergiendo mucho más allá del simple traslado de servicios a internet. Facebook está moldeando el futuro de la experiencia religiosa en sí misma, como lo ha hecho con la vida política y social.

Los esfuerzos de la empresa por atraer a los grupos religiosos se producen cuando intenta reparar su imagen entre los estadounidenses que han perdido la confianza en la plataforma, en especial en cuestiones de privacidad. Facebook se ha enfrentado al escrutinio por su papel en la creciente crisis de desinformación del país y la ruptura de la confianza social, en particular en torno a la política, y a los reguladores les preocupa su enorme poder. Hace poco, el presidente Joe Biden criticó a la empresa por el lugar que desempeñó en la difusión de información falsa sobre las vacunas contra la Covid-19.

‘Tienen que abrir esa caja negra’: los datos incómodos de Facebook sobre la desinformación

“Solo quiero que la gente sepa que Facebook es un lugar al que pueden ir cuando se sientan desanimados, deprimidos o aislados, y que pueden conectarse de inmediato con un grupo de personas que se preocupan por ellos”, señaló en una entrevista Nona Jones, directora de la empresa para asociaciones religiosas globales y ministra no confesional.

El mes pasado, los ejecutivos de Facebook presentaron sus esfuerzos a los grupos religiosos en una cumbre religiosa virtual. Sheryl Sandberg, directora de operaciones de la empresa, compartió un centro de recursos en línea con herramientas para crear congregaciones en la plataforma.

“Las organizaciones religiosas y las redes sociales se complementan de manera natural porque, en esencia, ambas tienen que ver con la conexión”, dijo Sandberg.
“Nuestra esperanza es que un día la gente celebre servicios religiosos también en espacios de realidad virtual o utilice la realidad aumentada como herramienta educativa para enseñar a sus hijos la historia de su fe”, dijo.

La cumbre de Facebook, que imitaba a un servicio religioso, incluyó testimonios de líderes religiosos sobre cómo Facebook les ayudó a crecer durante la pandemia.
Tahir Anwar, imam de la Asociación Islámica de South Bay, en California, dijo que su comunidad recaudó fondos sin precedentes al utilizar Facebook Live durante el Ramadán del año pasado. El obispo Robert Barron, fundador de una influyente empresa católica de medios de comunicación, dijo que Facebook “dio a la gente una especie de experiencia íntima de la misa que nunca tendrían en las circunstancias actuales”.

Estas colaboraciones no solo plantean cuestiones prácticas, sino también filosóficas y morales. Desde hace mucho tiempo, la religión ha sido una vía básica para que los seres humanos formen una comunidad y ahora las empresas de redes sociales están asumiendo esa función. Facebook cuenta con casi 3000 millones de usuarios mensuales activos, lo que hace de la plataforma una comunidad más numerosa que el cristianismo en todo el mundo, que tiene unos 2300 millones de adeptos, o que el islam, que tiene 1800 millones de fieles.

También hay que tener en cuenta la privacidad, ya que la gente comparte algunos de los detalles más íntimos de su vida con sus comunidades espirituales. La posibilidad de que Facebook reúna información valiosa de los usuarios genera una “enorme” preocupación, según Sarah Lane Ritchie, profesora de teología y ciencias de la Universidad de Edimburgo. Los objetivos de las empresas y de las comunidades religiosas son diferentes, dijo, y muchas congregaciones, a menudo con miembros de edad avanzada, pueden no entender cómo podrían recibir publicidad u otros mensajes basados en su compromiso religioso.

“Las empresas no se preocupan por los códigos morales”, dijo. “No creo que conozcamos aún todos los modos en que se desarrollará esta unión entre las grandes empresas de tecnología y la iglesia”.

Un portavoz de Facebook dijo que los datos que se recaben de las comunidades religiosas se manejarían de la misma manera que los de otros usuarios y que los acuerdos de no divulgación eran un proceso estándar para todos los socios que participan en el desarrollo de productos.

Muchas de las alianzas de Facebook consisten en pedir a las organizaciones religiosas que prueben o aporten ideas sobre nuevos productos y a esos grupos parecen no preocuparle las grandes controversias de Facebook. Este año, Facebook probó una función de oración, en la que los miembros de algunos grupos de Facebook pueden publicar peticiones de oración y otros pueden responder. El creador de YouVersion, la popular aplicación bíblica, colaboró con la empresa para ponerla a prueba.

El acercamiento de Facebook fue la primera vez que una gran empresa tecnológica quiso colaborar en un proyecto de desarrollo, dijo Bobby Gruenewald, creador de YouVersion y pastor de Life.Church en Oklahoma, quien recordó que también trabajó con Facebook en una función que publicaba un versículo bíblico diario en 2018.
“Claro está que hay diferentes maneras en las que, en última instancia, estoy seguro de que servirán a sus accionistas”, dijo. “Desde nuestro punto de vista, Facebook es una plataforma que nos permite construir una comunidad y conectar con nuestra comunidad y cumplir nuestra misión. Así que creo que funciona para todo el mundo”.
La Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) fue invitada a ser socia religiosa de Facebook en diciembre, dijo Melody Smith, portavoz de la agencia de misiones de la denominación. La denominación acordó en un contrato que no sería propietaria de ningún producto que ayude a diseñar a Facebook, dijo.

Los líderes de la Iglesia de Dios en Cristo, una denominación pentecostal mayoritariamente afroestadounidense con unos seis millones de miembros en todo el mundo, recibieron recientemente un acceso anticipado a varias de las funciones de monetización de Facebook, lo que les ofreció nuevas fuentes de ingresos, dijo la gerente de redes sociales de la denominación, Angela Clinton-Joseph.

Decidieron probar dos herramientas de Facebook: las suscripciones, por las que los usuarios pagan, por ejemplo, 9,99 dólares al mes y reciben contenidos exclusivos, como mensajes del obispo; y otra herramienta para que los fieles que ven los servicios en línea puedan enviar donativos en tiempo real. Los dirigentes decidieron no incluir una tercera característica: anuncios durante las transmisiones de video.

La pandemia aceleró la dinámica existente, empaquetando años de desarrollo tecnológico en uno solo, dijo Bob Pritchett, que fundó Faithlife, una plataforma ministerial cristiana con un conjunto de servicios en línea.

Pero la vida espiritual es diferente de los espacios personales y profesionales que ocupan Facebook y LinkedIn, dijo.

Es peligroso tener tu comunidad anclada “en una plataforma tecnológica que es susceptible de todos los caprichos de la política y la cultura y las audiencias del Congreso”, dijo.

Facebook creó su equipo de asociaciones religiosas en 2017 y en 2018 comenzó a cortejar en serio a los líderes religiosos, especialmente de grupos evangélicos y pentecostales.

“Facebook básicamente dijo, oye, queremos ser El lugar, queremos ser la referencia”, dijo el reverendo Samuel Rodríguez, un pastor de Sacramento que lidera una gran coalición de iglesias hispanas.

Los grupos de ministros de las Asambleas de Dios, la denominación pentecostal con 69 millones de miembros en todo el mundo, fueron los primeros en adoptar una herramienta de Facebook que permitía a los usuarios llamar durante una transmisión en directo. Potter’s House, la megaiglesia de T.D. Jakes con 30.000 fieles en Dallas, también probó varias funciones antes de ponerlas en marcha.

Algunos pastores consideran que la labor de Facebook plantea interrogantes sobre el futuro más global de la iglesia en un mundo virtual. Gran parte de la vida religiosa sigue siendo física, como los sacramentos o la imposición de manos para la oración de sanación.

La iglesia en línea nunca se ha propuesto sustituir a la iglesia local, afirmó Wilfredo De Jesús, pastor y tesorero general de las Asambleas de Dios. Dijo sentirse agradecido con Facebook, pero en última instancia, señaló: “queremos que todos pongan su cara en otro libro”, en un juego de palabras que forman el nombre de la plataforma: Face (cara) y book (libro).

“La tecnología ha creado en la vida de nuestra gente esta rapidez, esta idea de que puedo llamar y basta con ir a la tienda y estacionar mi auto y que me abran la cajuela”, dijo. “La iglesia no es una tienda”.

Para iglesias como Hillsong Atlanta, el objetivo final es la evangelización.

“Nunca hemos estado más posicionados para la Gran Comisión como ahora”, dijo Collier, en referencia al llamado de Jesús a “hacer discípulos de todas las naciones”.
Se está asociando con Facebook, dijo, “para tener un impacto directo y ayudar a las iglesias a navegar y llegar mejor al consumidor”.
“Consumidor no es la palabra correcta”, dijo, al corregirse a sí mismo. “Llegar mejor al feligrés”.
Por Elizabeth Días para The New York Times.-

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