El parlamento británico decidió aprobar una enmienda que permite discutir alternativas al acuerdo para la salida del Reino Unido de la Unión Europea, llamado Brexit, defendido por la primera ministra, la conservadora Teresa May.
May se ha visto en un laberinto político desde que asumió el cargo con relación al Brexit, que fue votado en elecciones por los súbditos de Su Majestad Británica. Notablemente, consultados por los resultados de una elección que los sorprendió, muchos ingleses dijeron haber votado a favor del Brexit para expresar disconformidad con el primer ministro David Cameron, que renunció luego.
Pero todos estaban seguros de que ganaría la permanencia en la Unión Europea: sin embargo, la suma de los votos contra Cameron dio un resultado inesperado por los propios votantes: la salida de Inglaterra de la Unión Europea.
Por escasa mayoría, el parlamento británico votó aumentar el control legislativo sobre el proceso de Brexit. Entre las alternativas están cómo dejar la Unión Europea sin acuerdo; un segundo referendo; negociar una relación más cercana con el continente o suspender la ruptura.
May dijo que no se comprometía a cumplir lo que decida el parlamento y no le otorgaría un cheque en blanco en esta materia, reservada tradicionalmente al Ejecutivo.