En una jornada de debate celebrada en la RAE sobre la proliferación de extranjerismos, la escritora y académica española Soledad Puértolas, autora de La vida oculta, conjeturó una potencial definición de un término que en el imaginario popular se asocia al de machista. Machirulo: adj. Un hombre que no acaba de serlo.
En Confieso que he vivido, Pablo Neruda elogia su materia prima como poeta. “Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada…”. La marea feminista está transformando la lengua. La escritora y académica española Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947) anunció que propuso a sus colegas de la Real Academia Española (RAE), institución a la que ingresó en 2010, que se incluya “machirulo” en el Diccionario de la lengua. En una jornada de debate celebrada en la RAE sobre la proliferación de extranjerismos en el mundo de la publicidad, la autora de Queda la noche y La vida oculta conjeturó una potencial definición de un término que, en el imaginario popular, se asocia al de machista. “‘Machirulo’ me parece que es una versión más irónica, más familiar, de la desigualdad entre hombres y mujeres”, explicó Puértolas. “El ‘machirulo’ es un semichulo, un hombre que, pese a querer ser dominante, no acaba de serlo. El término está impregnado de cierto tono irónico, pero no del todo despreciativo. Es una nueva versión del macho prototípico”, precisó la escritora y académica.
Puértolas, novelista, cuentista y ensayista, ganadora del Premio Planeta de Novela y el Anagrama de Ensayo, aseguró que planteó incluir “machirulo” hace aproximadamente un mes y que se están siguiendo los procesos habituales de estudio en la comisión de Neologismos de la RAE, a la que ella pertenece junto a otros siete académicos. No es un trámite sencillo incorporar una palabra al diccionario. Los criterios que se tienen en cuenta es la frecuencia de uso del término, que debe ser de varios años, también que haya una dispersión geográfica, que no solo se use en España. Una vez que es aceptada en la Comisión de Neologismos va al Pleno, que se reúne cada jueves. En el Pleno la palabra puede debatirse durante meses. Si se aprueba, se envía la propuesta a las 22 academias restantes, las latinoamericanas más la norteamericana y la filipina, que también pueden mandar sus sugerencias y recomendaciones. Una vez que pasa por todas estas instancias, “machirulo” podría entrar al Diccionario.
“Machirulo” fue una de las palabras más buscadas el mes pasado en la web del Diccionario, aunque no esté todavía incluida, por el tuit de la senadora Cristina Fernández de Kirchner, en respuesta al presidente Mauricio Macri, que le pidió a los integrantes del peronismo “que demuestren que no se dejan conducir por las locuras de Cristina Fernández de Kirchner”. La ex presidenta escribió el 28 de mayo en su cuenta de Twitter: “Tratar de loca a una mujer. Típico de machirulo”. No es la primera parlamentaria en apelar a este vocablo. Irene Montero, la diputada de Podemos, lo empleó en febrero de 2017 para referirse al diputado Angel Luis González del Partido Popular (PP), después del encontronazo que tuvo con el líder de Podemos, Pablo Iglesias. “Un poco machirulo le he visto, así que la próxima vez que se acerque al escaño un poco más educadamente y sin tanto machirulismo como tiene el Partido Popular”, dijo Montero.
La Fundación del Español Urgente (Fundéu), patrocinada por la agencia de noticias EFE y el banco Bbva, siempre atenta al vocabulario que circula en los medios de comunicación, se refirió al modo en que se usa “machirulo”. “El significado que suele dársele en el ámbito feminista es el de hombre machista, en ocasiones asociado a quien hace gala de esa condición. Es coloquial y tiene un claro matiz despectivo”, advirtieron desde la Fundéu y aclararon que el origen del término es incierto, aunque podría tratarse de un acrónimo –vocablo formado por dos o más palabras, constituido por el principio de la primera y el final de la última– formado a partir de macho y chulo o macho y pirulo. La palabra también se emplea en el ámbito Lgtb, como se recoge en el Diccionario gay-lésbico de Félix Rodríguez González, catedrático de Filología Inglesa que da clases en la Universidad de Alicante. En este diccionario, “machirulo” se aplica despectivamente a un hombre gay “que exhibe formas convencionalmente muy masculinas” y, por extensión es un insulto “proferido contra una mujer lesbiana con apariencia muy masculina”.
La escritora y académica es optimista: cree que se incluirá “machirulo” en el Diccionario de la Lengua y ponderó el valor de los neologismos que vienen del español. “Los hallazgos, las innovaciones que experimenta la lengua propia, nos proporcionan una satisfacción especial. Tocan una fibra a la que las palabras importadas no llegan”, subrayó Puértolas y agregó: “Espero que mis compañeros me hagan caso”.
Página 12