Se trata de la Oficina de Acceso Global, que realiza misiones desde 2003 para la recolección de información sobre Ovnis. El pasado mes de julio un ex oficial de inteligencia aseguró ante un subcomité de la Cámara de Representantes que Estados Unidos había encontrado “restos biológicos no humanos” al investigar Ovnis. Esta declaración, bajo juramento, produjo un fuerte cimbronazo. Unos meses después, tres fuentes informadas sobre supuestas operaciones de alto secreto reforzaron la información de David Grusch, al revelar que una oficina secreta de la CIA halló al menos nueve “naves no humanas”.
Según detallaron bajo condición de anonimato al diario británico Daily Mail, la responsable de esas misiones fue la Oficina de Acceso Global (OGA, por sus siglas en inglés), un ala de la Dirección de Ciencia y Tecnología de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, y que desde 2003 viene trabajando en la recolección de información y rastros de lo que podrían ser naves espaciales extraterrestres en diferentes partes del mundo.
Una de las fuentes sostuvo que son “al menos nueve” las naves recuperadas por el Gobierno norteamericano. Algunas de ellas fueron encontradas destrozadas tras sufrir un accidente, mientras que dos se encontraban completamente intactas.
Ese informante detalló, además, que la CIA cuenta con un “sistema capaz de detectar Ovnis cuando aún están camuflados”. En caso de que las naves no humanas aterricen o se estrellen, las autoridades envían unidades militares especiales para la recuperación de los restos.
Otra fuente conocedora de las actividades de OGA afirmó que esa oficina de la CIA tiene la capacidad de que el Ejército norteamericano acceda en secreto a zonas del mundo a las que normalmente se les “negaría el acceso”. Por ejemplo, detrás de las líneas enemigas.
“Son muy hábiles para llegar a cualquier parte del mundo que deseen”, apuntó.
Una vez que recuperan los restos, los ponen bajo custodia “y protegen su secreto”. Los militares norteamericanos se encargan de la recuperación física. Pero no permanecen bajo control militar, sino que quedan en manos privadas para evitar que entes públicos se vean obligados a ingresar estos hallazgos en sus registros oficiales.
Según las fuentes, la oficina de la CIA suele entregar los restos o el material a contratistas aeroespaciales privados para su análisis. En 2021, el fallecido líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, dijo al diario New Yorker que la empresa de defensa Lockheed Martin era uno de los contratistas privados que guardaban restos potencialmente alienígenas.
“Me dijeron durante décadas que Lockheed tenía algunos de estos materiales recuperados”, declaró Reid años atrás.
El ex líder de la bancada demócrata formaba parte de lo que se conoce como la “Banda de los Ocho”, un selecto grupo de legisladores con acceso a los secretos más confidenciales de Estados Unidos. Pese a esto, reconoció a la revista neoyorquina que incluso a él se le negó el acceso a estos supuestos programas: “Intenté conseguir, si no recuerdo mal, una autorización clasificada del Pentágono para que pudiera ir a ver el material. No lo aprobaron”.
Dos fuentes comentaron a Daily Mail que la Oficina de Acceso Global trabaja en coordinación con las Fuerzas de Operaciones Especiales, como los equipos Seal o Delta Force, dependientes del Mando Conjunto de Operaciones Especiales (Jsoc, por sus siglas en inglés) del Pentágono. También con expertos en armas nucleares, como el Equipo de Apoyo en Emergencias Nucleares (Nest, por sus siglas en inglés), para recoger las naves accidentadas o aterrizadas.
No obstante, otra fuente señaló que la Nest no participó en ninguna de estas operaciones.
Un antiguo miembro del equipo Seal reconoció al periódico británico la participación en operaciones coordinadas por la CIA para recuperar armas enemigas extraviadas de gran valor. Contó, además, que conoció a colegas que formaron parte de operaciones similares en las que habían recuperado tecnología que parecía muy avanzada. “Por supuesto que ocurre Incluso recuperamos y traemos armamento que nunca habíamos visto”, declaró, aunque aclaró que no necesariamente esa tecnología sea de otro mundo.
La mayoría de las fuentes conocedoras de estas operaciones indicaron que muchas de las personas involucradas en estos programas ni siquiera se dan cuenta de que están tratando con naves no humanas debido a la intensa seguridad en torno a las misiones en cuestión.
En su presentación ante el Congreso de Estados Unidos el pasado 26 de julio, el mayor retirado David Grusch fue categórico. Afirmó que las autoridades estadounidenses recuperaron una aeronave no humana y que dentro de ella había restos biológicos no humanos.
“¿Eran restos humanos o no humanos biológicos?”, preguntó la congresista Nancy Mace.
“No humanos, y así lo confirmaron personas que trabajaron directamente en el programa y con quienes hablé y que siguen en el programa”, aseguró Grusch.
Además, dijo que el jefe de un grupo de trabajo del gobierno sobre Ovnis le pidió en 2019 que identificara todos los programas altamente clasificados relacionados con la misión del grupo de trabajo. En ese momento, Grusch fue asignado a la Oficina Nacional de Reconocimiento, la agencia que opera los satélites espía de Estados Unidos.
Cuando se le preguntó si el Gobierno tenía información sobre vida extraterrestre, Grusch dijo que el Ejecutivo norteamericano probablemente ha estado al tanto de la actividad “no humana” desde la década de 1930.
El Pentágono, no obstante, ha negado las afirmaciones de Grusch de un encubrimiento. En un comunicado, la portavoz del Departamento de Defensa, Sue Gough, dijo que los investigadores no han descubierto “ninguna información verificable para corroborar las afirmaciones de que haya existido en el pasado o exista actualmente algún programa relacionado con la posesión o la ingeniería inversa de materiales extraterrestres”.