Rick Allen decidió una nueva excursión por los Himalayas junto a su compañero Sandy Allan. Pero en un determinado momento, ambos se separaron para cada uno seguir por su cuenta. El segundo creyó que los vientos eran demasiado y resolvió regresar a la base. Pero Rick -65 años- continuó.
Rick quería hacer cumbre en el Broad Peak de Pakistán, una de las montañas más altas del planeta. Pero cuando estaba de regreso de la caminata cayó de un acantilado de hielo. El hombre de Aberdeenshire, Escocia, intentó recomponerse por sus propios medios y trepar una vez más ese acantilado. Pero luego de 36 horas sin noticias de él -sin agua ni comida- se creyó lo peor: Rick había muerto.
Sin embargo, cuando las esperanzas ya se habían desvanecido, un hombre logró divisar su mochila y encendió las alarmas. Dos montañistas polacos, los hermanos Bartek y Andrzej Bargiel enviaron su drone de alta tecnología para la alta montaña para tratar de hallar a Allen y si aún estaba con vida.
Cuando lo distinguieron y lograron identificar el peligroso lugar en que se encontraba, pudieron enviar la ayuda. Locales y otros escaladores fueron en su ayuda y lo llevaron de vuelta a la base. Presentaba heridas leves y un principio de congelamiento.
Rick no se asustó en ningún momento. En un accidente pasado en la montaña y producto del frío, ya había perdido dos de los dedos del pie. Sin embargo, nunca lo habían dado por muerto.
"En la mañana, el cocinero vino a nosotros y dijo que vio a alguien a través del telescopio, colgando de un glaciar. Era un hombre, no se movía y pensábamos que estaba muerto", dijo Bartek al sitio DroneDJ.
"Después de un tiempo, se levantó y comenzó a caminar, pero no sabía a dónde ir. Así que volé hacia él con mi dron Mavic Pro y tomé la fotografía de este lugar, donde estaba".
Gracias a la tecnología del equipo, Bartek pudo rastrear su altura y ubicación a través de las coordenadas del GPS. Esa información fue clave para darle a los rescatistas el lugar exacto donde se encontraba Allen.