Tres renuncias en un día. Ese es el resultado que dio por ahora el plan de la primera ministra del Reino Unido, Theresa May , de llevar adelante un Brexit (como se dio a conocer el proceso de ruptura con la Unión Europea ) suave. El primero en abandonar el gobierno fue David Davis, el ministro británico para el Brexit; le siguió Steve Baker, su número dos en del departamento; ahora el que renunció fue Boris Johnson, el ministro de Exteriores.
"Esta tarde, la primera ministra aceptó la dimisión de Boris Johnson a la cancillería. Su reemplazo será anunciado en breve. La primera ministra agradece a Boris para su trabajo", anunció el portavoz de Downing Street, sede del gobierno, de acuerdo con lo publicado por el diario The Guardian.
Ya se preveía que Johnson, uno de los más arduos defensores del Brexit, podría tomar esta decisión dado que en varias oportunidades se mostró en desacuerdo con las ideas de May. Por su parte, en la carta por medio de la cual comunicó su partida, el ministro Davis (quien fue reemplazado por el partidario de la ruptura Dominic Raab) afirmó que "la actual tendencia de políticas y tácticas" hace que "parezca cada vez menos probable" que el Reino Unido salga de la unión aduanera y del mercado único.
La noticia se difunde después de que el gobierno alcanzara un acuerdo sobre un nuevo plan para la futura relación con la UE tras la salida británica, que se concretará el 29 de marzo de 2019.
Este plan prevé que el Reino Unido siga estrechamente vinculado al mercado europeo para el intercambio de bienes y con el objetivo de no perjudicar el comercio y la cadena de suministro entre la isla y el continente. Para garantizar este libre intercambio, se establecerían una serie de "reglas conjuntas" para que Londres mantenga regulaciones y estándares de la UE. En las próximas semanas se conocerá un documento con los detalles del acuerdo alcanzado en la reunión de gabinete del viernes.
Los otros tres elementos de libre circulación en el mercado único (capital, fuerza de trabajo y servicios) sufrirían limitaciones. De esta forma los británicos quieren frenar el ingreso ilimitado de ciudadanos europeos y seguir sus propias reglas en el sector de servicios.
La reacción de May
La primera ministra atribuyó este lunes las dimisiones a las discrepancias sobre la salida de la Unión Europea. "No estábamos de acuerdo en la manera de materializar el resultado del referéndum" del Brexit, dijo May en el Parlamento, tres días después de ordenar a sus ministros cerrar filas en torno a su plan de mantener estrechas relaciones comerciales con el continente tras la salida del bloque.
En la Cámara de los Comunes, la primera ministra defendió su plan y aseguró que permitiría el libre flujo de bienes y productos, pero no servicios. "Lo que estamos proponiendo es retador para la UE. Requiere que ellos piensen de nuevo, que vayan más allá de las posturas que han tomado hasta ahora y lleguen a un acuerdo nuevo y justo de derechos y obligaciones", dijo May y advirtió que no convocará a un nuevo referéndum sobre la salida del bloque.