Cuando Japón le garantizó al Comité Olímpico Internacional (COI) que podría albergar los Juegos Olímpicos Tokio 2020, éstos inmediatamente ingresaron en la historia grande por ser los primeros en celebrarse en medio de una pandemia.
La capital japonesa, que este viernes dará inicio formal a los XXXII Juegos Olímpicos transita momentos delicados gracias a la escalada de casos de Covid-19. La ciudad de casi 14 millones de habitantes supera los 1.000 positivos acumulados y suma un promedio de 2.200 muertes.
En todo el país asiático habitan 126,3 millones de personas y se registran 844.000 casos con 15.006 muertes. El 32,2% (43,52 millones) de la población está vacunada, 23,2 % (28,4 millones) con dos dosis mientras que el 12% (15,3 millones) recibió una sola.
En este contexto, Tokio debe afrontar los Juegos Olímpicos muy lejos de la inmunidad de rebaño. Lo cierto es que a principio de año Japón no tenía problemas de acumulación de casos y por eso la vacunación no fue una prioridad. Sin embargo, en febrero comenzó la escalada de positivos y de los medio millón de contagiados se pasó al número actual, algo que no le es ajeno a la burbuja de la Villa Olímpica, que ya acumula 79 personas involucradas en el evento deportivo que debieron dar un paso al costado por contraer el virus.
De esos casos que se dieron como resultado de los más de 20 mil controles realizados por el Comité Organizador tan sólo ocho corresponden a atletas, cinco de los cuales ya estaban instalados en la Villa Olímpica y ninguno argentino.
El Covid-19 es un tema que trasciende al deporte y mantiene en vilo al mundo entero, por eso no solo corresponde a los entes deportivos combatirlo sino también a las naciones. Y en ese aspecto, desde la Embajada Argentina en Japón aseguraron a Ámbito que “se trabajó en coordinación con los Gobiernos Metrolpolitano de Tokio y Nacional de Japón más Cancillería y la Secretaría de Deportes de la Nación” para estar atentos a lo que pudiera ocurrir si aparece un brote en la delegación nacional.
“La Embajada está siempre a disposición para brindar apoyo a los connacionales que necesiten asistencia”, aclaró el funcionario encargado del área de Deportes del edificio representativo de Argentina en Tokio, quien además se lamentó por no poder organizar la habitual recepción a la delegación del país. “Debido a la pandemia y a las restricciones establecidas en este contexto no se pueden realizar actividades que impliquen contacto directo con los atletas y/o cuerpo técnico”, aclaró.
Protocolos de los juegos
La situación epidemiológica en la isla asiática se está tornando grave y las medidas se intensificaron en las últimas semanas. Por eso, a 15 días del inicio de la competencia se anunció que no habrá público en las tribunas.
Ya fueron 79 los involucrados en Tokio 2020 que se contagiaron y debieron truncar sus sueños olímpicos por el covid-19.
Fueron setena y nuevo los involucrados en Tokio2020 que contrajeron el virus antes del inicio de los Juegos Olímpicos.
Para tomar una real dimensión de lo que Japón está atravesando, basta recordar las palabras del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, el día que inició la competencia, dos días antes de la ceremonia de apertura quien vaticinó que “100.000 personas perderán la vida por el virus de aquí hasta que se apague la llama olímpica el 8 de agosto”.
Para hacer realidad los Juegos Olímpicos, Japón debe hacer valer sus protocolos de punta a punta. Su sociedad es conocida por el respeto al prójimo y el acatamiento de las normas, pero tan solo en la Villa Olímpica habrá 11.000 atletas de distintas nacionalidades y por eso la preocupación es máxima.
En declaraciones a Ámbito, la jefa de la delegación argentina de tenis, Mercedes Paz, contó como fue el arribo al país del sol naciente y los protocolos que tuvieron, y tienen, que llevar a cabo para que la convivencia sea llevadera.
“Tapabocas, siempre. Es obligatorio en todos lados”, comenzó el relato. “Hubo mucho control al llegar. Tuvimos que presentar dos PCR (el de las 96 y 72 horas anteriores), más otro que algunas aerolíneas exigieron el día del viaje”, continuó quien participará de su cuarto Juego Olímpico.
Ya instaladas en la Villa Olímpica (viven en el complejo 16), las tenistas argentinas, y cada delegación, debe llenar todos los días una app con una declaración jurada sobre el estado de salud de quien la complete.
En caso que apareciera un caso positivo, el atleta será aislado completamente y su futuro se convertirá en una cuestión de Estado. “Pasás a jurisdicción del Gobierno japonés, no interviene el Comité Olímpico Internacional en esos casos”, explicó Mercedes Paz.
En la Villa Olímpica convivirán 11.000 atletas y respetar la distancia en todo momento será difícil, aunque la integrante de la delegación argentina aclaró que “está muy bien organizado” todo.
Entre las principales medidas exigidas a los atletas se encuentra el uso de barbijos, minimizar al máximo los encuentros con otros y ventilar los espacios cada 30 minutos. Sin embargo, hay una costumbre olímpica que es intercambiar pines de tu país con otros deportistas.
El protocolo Covid-19 que recibieron los atletas olímpicos en Tokio 2020 en detalle.
“Las medidas limitan un poco la sociabilización”, cuenta Mercedes Paz que participó de los Juegos Olímpicos Los Ángeles 1984, Seúl 1988 y Barcelona 1992, pero aclara con cierto alivio que “el cambo de pines se sigue haciendo”.
Para finalizar, la extenista cuya madrina de su hijo es Gabriela Sabatini contó que todos los jefes de equipos de la delegación argentina optaron por reunirse a diario para evaluar los casos. “El COA (Comité Olímpico Argentino) está atento a las necesidades de cada deporte”, resaltó.
Las curiosidades de la Villa Olímpica
Una vez instalados Tokio, dejando al margen la problemática del Covid-19 para enfocarse en lo deportivo y la experiencia olímpica, los deportistas disfrutan y se sorprenden con las comodidades y excentricidades de la Villa donde comparten varios momentos.
Desde las camas de cartón para evitar aglomeraciones y cuidar el medio ambiente, pasando por los buses particulares manejados a control remoto hasta el chip para sacar refrescos, llamaron la atención de todos los que viven en la Villa Olímpica.
Las camas de las habitaciones están hechas de cartón. Si bien era la idea principal para cuidar el medio ambiente y evitar usar madera, la aparición del coronavirus reforzó el uso ya que no puede haber muchas personas sentadas en una cama y así ayudan a evitar la cercanía y respetar el distanciamiento social en un lugar cerrado, pero que debe ser ventilado cada 30 minutos.
La Villa Olímpica es un barrio cerrado y muy grande por lo que los deportistas necesitan transporte p ara moverse y evitar cansancios fuera de la competencia deportiva y/o el entrenamiento. Este fue otro hábito que el virus obligó a modificar, por eso en Tokio 2020 hay micros individuales que se manejan a control remoto. De esta manera vuelve a evitarse que un espacio cerrado pueda compartirse.
Además de los buses, la Villa Olímpica ofrece bicicletas blancas que sirven para uso general. Las de otros colores pertenecen a las grandes delegaciones que cuentan con rodados exclusivos. Las bicicletas deben dejarse en lugares específicos donde son desinfectadas cada 30 minutos.
Otro lugar común con grandes peligros de contagio es el comedor. Allí se colocó un plástico para dividir al deportista de enfrente. “Obstaculiza la comunicación, pero previene el contagio”, opinó Mercedes Paz quien además destacó “la amabilidad de la gente a pesar de que muchos no hablan inglés”.
Por último, las máquinas expendedoras se accionan mediante un chip que se le da a cada uno de los inquilinos de la Villa Olímpica. Simplemente se aprieta el botón del refresco que se elige y cuando se pasa la mini tarjeta por el lector automáticamente cae la bebida. Se evita tiempo de espera y contactos con monedas que más tarde pueden recibir también otros atletas.
En la Prefectura de Ibaraki, que dista a 78,5 kilómetros de Tokio, se ubica la ciudad de Sakai Machi del distrito de Sashima, el pueblo más argentino de todo Japón. Allí se establecieron varias delegaciones nacionales para ultimar su preparación antes de ir a la Villa Olímpica. Desde la judoca defensora del título hasta los planteles de Hockey y tenis fueron recibidos rodeados de los colores celeste y blanco.
La ciudad de Sakai Machi y Argentina tienen una historia en común y un vínculo diplomático tan fuerte que en un colegio de allí se celebra el “día de la Argentina” (ver video). En el año 2018 se cumplieron 120 años de amistad y como agradecimiento a tantos años de mutuo apoyo Japón donó más de medio millón de dólares en equipamientos médicos, autobombas y tecnología.
Por eso, y más allá de los 11.000 casos acumulados de covid-19 y las 166 muertes en toda la Prefectura de Ibaraki, los habitantes de la ciudad (donde no se registran muertes por Covid-19) no dudaron en darles el mejor de los recibimientos a los atletas argentinos. Le escuela municipal Nagata fue la encargada de la recepción. El establecimiento educativo tiene un “agradecimiento eterno” con Argentina desde que recibió subsidios para sus alumnos en la época de postguerra.
Es por este motivo que Sakai Machi se revolucionó con la llegada de Argentina. Pero antes hubo mucho trabajo que hacer:
En el Dojo de Judo se reemplazaron los tatamis por unos nuevos que poseen el diseño olímpico y se modernizaron los vestuarios agregándole el equipamiento necesario que la campeona olímpica necesita.
De esta manera, la ciudad que cuenta con una población que supera mínimamente los 24.000 habitantes vivió días soñados junto a deportistas de un país al que ama y cuyas relaciones comenzaron en 1853.
Todos los atletas argentinos se mostraron encantados con el recibimiento y trato por parte de la gente. Así lo manifestó Paula Pareto en su cuenta de Instagram cuando dejaba la ciudad para ir rumbo a la Villa Olímpica.
“Gracias amigas judokas y a todo el staff de la cuidad de Sakai que nos permitió entrenar y sentirnos como en casa. Conocer en el camino gente tan buena y siempre con una sonrisa dispuesta a ayudar fue una linda sorpresa y no quería dejar de compartirlo y agradecerlo”, escribió la judoca dueña del Oro.
Tokio 2020 ya quedó en la historia. Lograr organizar unos Juegos Olímpicos en plena pandemia y con escalada de casos en el país es un triunfo en sí mismo. Ahora resta seguir trabajando duramente para que la fiesta más importante y trascendente del deporte pueda transcurrir sin sucumbir ante el virus. De trabajo y resurrección Japón sabe mucho.