Un trágico choque de trenes que le provocó la muerte al menos a 36 personas, y dejó a otras 85 con heridas, conmovió este martes a Grecia. El accidente se produjo en las cercanías de la ciudad de Lárisa, en el centro del país, entre una formación que llevaba a bordo 350 pasajeros, y un convoy que transportaba mercancías.
“Al menos 36 personas fueron encontradas muertas hasta ahora", informó en conferencia de prensa el portavoz de los bomberos griegos, Vassilis Vathrakogiannis, quien señaló que la operación de rescate estaba todavía en marcha. Según los medios de ese país europeo, se trata del "peor accidente ferroviario que Grecia ha conocido jamás".
Además, agregó que "85 personas resultaron heridas y fueron trasladadas a hospitales de los alrededores". Confirmó, en paralelo, que tres vagones del tren que viajaba entre Atenas y Tesalónica descarrilaron, lo que causó el choque frontal cerca de Tempe, a unos 380 kilómetros al norte de Atenas.
Según la televisión local, uno de los vagones se incendió y varias personas quedaron atrapadas. Según la agencia de prensa ANA, el fuego quedó controlado durante la noche por los bomberos.
El gobernador de la región, Kostas Agorastros, aseguró que “fue un choque muy fuerte” y declaró que "más de 250 pasajeros fueron trasladados en autobús a Tesalónica". "Desgraciadamente, el número de heridos y muertos corre riesgo de ser elevado", agregó.
Ante este panorama, el gobierno griego organizó una reunión de crisis tras el suceso.
Cuarenta ambulancias llegaron al lugar de la colisión para atender a los múltiples heridos, que fueron llevados al Hospital Universitario de la ciudad de Larisa y el Hospital de la ciudad de Katerinis.
Además de los bomberos, la Policía y el Ejército se movilizaron ayudar en las tareas de rescate, y activaron un protocolo de alerta según lo previsto en caso de este tipo de accidentes.
"Nunca he visto algo así en toda mi vida. Es trágico. Cinco horas después encontramos cuerpos", relató un socorrista exhausto al salir de la cavidad donde él y su equipo extraían los cuerpos de los pasajeros.
Lazos, un pasajero interrogado por el periódico Protothema, declaró: "Hemos vivido algo muy impactante". "No estoy herido, pero estoy manchado de sangre de otras personas que estaban heridas a mi lado", dijo.