Rodrigo Rato, ex presidente del FMI y ex vicepresidente de España, quedó internado en una cárcel española para cumplir los cuatro años de prisión a que fue condenado por negociaciones ilícitas con tarjetas de crédito cuando era banquero.
En las puertas de la prisión, ante periodistas que lo esperaban, Rato pidió perdón a todas las personas que pudieron sentirse afectadas por sus manipulaciones con las tarjetas opacas de la Caja Madrid y del banco Bankia, del que era presidente.
Rato acompañó en el gobierno a José María Aznar. Aceptó su responsabilidad y sus obligaciones con la sociedad y asumió "los errores que haya podido cometer".