La capital norteamericana se prepara a contrarreloj para recibir los embates del huracán Florence, cuyas primeras ráfagas luego de que desate su furia sobre la costa Este de Estados Unidos podrían llegar en las próximas 48 horas y provocar un desastre natural de proporciones todavía difíciles de precisar. Las autoridades locales aún no ordenaron evacuaciones, pero advirtieron de lluvias torrenciales, fuertes vientos e inundaciones, y urgieron a los residentes a tomar todos los recaudos necesarios.
Toda la atención está puesta en el curso que siga Florence, que alcanzó la categoría 4 sobre las aguas del Atlántico, y en cómo evolucione una vez que toque tierra, en algún punto entre Carolina del Sur y Carolina del Norte.
Si el huracán se dirige hacia la capital y mantiene su fuerza actual, sería la primera vez que un fenómeno de semejante potencia golpea la zona, aunque las proyecciones indican que podría bajar a categoría 3. A partir de la noche del jueves se esperan ráfagas de viento de hasta 130 kilómetros por hora, lluvias torrenciales durante tres o cuatro días y grandes acumulaciones de agua en algunas partes de la ciudad y los alrededores.
El temor se fue instalando durante el fin de semana, a medida que se iban conociendo las proyecciones del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés). Hoy a primera hora, finalmente, la ciudad se declaró en estado de emergencia por los próximos 15 días y emitió una serie de directivas a los residentes. Entre ellas, que estén "atentos a las alertas en tiempo real" de las autoridades, que prevean "cómo comunicarse en caso de urgencia" y que cuenten con reservas de agua, comida, remedios y otros elementos que les pueden ser de primera necesidad en medio del desastre.
La ciudad puso en movimiento su músculo. Las fuerzas de seguridad y a las agencias de respuesta en caso de desastres naturales están en alerta. Desde temprano, además, unos 500 empleados de la de empresa de aguas retiran basura y escombros de las calles para evitar inundaciones, mientras que 650 trabajadores de la firma que provee el servicio eléctrico retiran ramas y hacen preparativos para una inmediata respuesta en caso de cortes de luz.
En las líneas de tren y en el metro se están revisando los generadores eléctricos y las bombas de desagüe para el caso de inundaciones y se recomienda no utilizar estos servicios si se los puede evitar. "Sabemos que las lluvias van a ser torrenciales, se acumulará agua y habrá fuertes vientos", advirtió la alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser. La funcionaria llamó a los residentes de la capital a comprar comida con anticipación y a proveerse de linternas y pilas.
Alertas similares se dispusieron en los vecinos estados de Maryland y Virginia a partir del fin de semana pasado, y ese mismo mensaje se preparaban para replicar en las próximas horas desde las embajadas de algunos países de la región en la capital norteamericana, entre ellos la de la Argentina.
La prioridad, según indicaron a Infobae fuentes de la delegación diplomática argentina en Washington, es advertir de los riesgos a los residentes de mayor edad y en situación más vulnerable. En la embajada cuentan con bases de datos que se intenta actualizar permanentemente para llegar al mayor número posible de argentinos cuando se dan situaciones como la que puede plantear ahora Florence y se habilitó un número telefónico para atender emergencias, que es el (202) 294-2029.
La respuesta de las representaciones diplomáticas va necesariamente en línea con lo que dispongan las autoridades locales. Esto es así para que no haya recomendaciones confusas o instrucciones contradictorias. "Ya estamos recibiendo llamadas y consultas", confiaron desde una embajada latinoamericana. La situación se maneja por estas horas con el máximo cuidado de no generar un temor innecesario.
En el caso de la embajada argentina, el alerta se emitirá en coordinación con otras representaciones diplomáticas, como el consulado en Atlanta, el más cercano a las costas de Carolina del Sur y Carolina del Norte, donde se espera que el embate del huracán sea más violento.
Según advirtieron las agencias de desastres en esas zonas existe el riesgo de que se produzca una catástrofe de grandes proporciones. Cerca de un millón de personas recibieron ya órdenes de evacuar sus casas en las áreas costeras y el temor mayor es lo que pueda ocurrir en el momento del primer impacto del huracán, cuando Florence toque tierra y arrastre consigo enormes masas de agua.
Fuente: Infobae