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Casa fresca, buen descanso

Para esta semana se esperan días con temperaturas máximas de unos 30° y cuando la economía familiar no da para gastar mucha electricidad en aire acondicionado, los paranaenses debemos apostar a otros métodos para intentar dormir frescos las noches de altas temperaturas. En esta nota de AIM, algunos trucos y consejos de vecinos de Paraná, varios conocidos desde la época de los abuelos pero olvidados por una generación más cómoda, que ayudan a sobrellevar el calor del verano con ingenio.

Cómo colocar el ventilador. Todos tratan de que el ventilador de todo de sí. Donde instalarlo, cómo hacerlo es el punto. El ventilador puede circular aire caliente en un ambiente cerrado, o si está mal posicionado. Colocar el ventilador estratégicamente puede dirigir el aire caliente hacia afuera, o dirigir la brisa nocturna hacia adentro de la habitación. En una ventana para que “chupe” el aire de afuera es una de las opciones. Para los que viven en departamentos, suele ser una opción real ya que con el viento que entra estando bien arriba la temperatura es otra. De todas maneras vale recomendar que se tiene que poner en un lugar seguro para evitar accidentes de cualquier tipo.

Por otra parte, por más extraño que parezca, un rato antes de dormir se puede guardar las sábanas dentro del freezer o congelador (protegidas con una bolsa plástica) de la heladera. Si bien la frescura no durará toda la noche, puede darte un respiro suficiente para poder dormirte con comodidad.

En otra época, sobre todo en el campo donde no había electricidad se optaba por mojar las sábanas, escurrirlas bien y taparse para mantenerse fresco. Ahora algunos lo hacen y además ponen el ventilador para sentir más el frio del agua. No es lo ideal. Pero en situaciones extremas a muchos ha servido.

La bolsa de agua es nuestra amiga invernal pero también sirve en verano. Recomiendan llenar la bolsa de agua caliente con agua y llevarla a la heladera, congelador o freezer. Antes de colocarla en la cama, protégela con una toalla fina para absorber la condensación.

Por otra parte, tal como recomiendan los especialistas, al igual que durante el día debemos optar por ropa cómoda, suelta y fresca. Dormir con ropa suelta de algodón es lo ideal para evitar la transpiración excesiva, mejorar la respiración de la piel y absorber el sudor generado.

Otra solución “a la antigua” es recurrir a los bloques de hielo. Para ello debo verter agua dentro de un bowl y colocarlo en el congelador o freezer. Cuando el hielo esté listo, ubicar el bloque detrás del ventilador (¡nunca cerca del cable o enchufe!). A medida que se derrita el hielo, liberará vapor de agua más fresco que la temperatura ambiente, generando una brisa agradable. “Este sistema es similar al de los aires acondicionados que funcionan con hielo”, bromeó Ariel, de barrio Paracao y recordó que “una tía siempre lo hacía y a mis hermanos y a mi siempre nos dio mucha gracia”, pero reconoció que “el sistema funciona”.

Las compresas sobre las zonas de pulso. Sostener packs de hielo o compresas frías directamente en los puntos de tu cuerpo que despiden más calor: muñecas, cuello, atrás de rodillas, pelvis, tobillos. Buena opción para evitar los golpes de calor.

¿Cómo olvidar las madrugadas en las que se cortaba la luz? “En casa –recuerda Noelia- salíamos al patio. En verano siempre había colgada dos hamacas paraguayas en el patio y mi mamá nos acostaba a mi hermana y a mí para que podamos seguir durmiendo”. Una hamaca paraguaya puede ayudar a que circule mejor el aire a tu alrededor (en comparación con un colchón), manteniéndote más fresco.

En épocas de calor es ideal consumir alimentos frescos y livianos, que sean digeridos fácilmente para evitar la sensación de pesadez. Prender el horno (sobre todo de noche) suele ser un atentando para no poder dormir luego. Intenta usar la cocina y horno lo menos que puedas, preparando comidas rápidas como ensaladas, sándwiches y omelettes.

Si tenes parrillero, quincho o una cocina al aire libre, es preferible cocinar allí para que el calor se disperse en el patio. Al respecto, Celeste comentó a AIM: “en casa cuando hace mucho calor tratamos de cocinar solamente al mediodía, abundante, para que sobre para la cena. A la noche usamos el ingenio, reciclamos la comida y listo. Porque para que la casa quede fresca a la tardecita abrimos todo y tratamos de que se ventile. Además, al menos en mi caso, siempre me ducho unos minutos con agua fría y tomo agua antes de dormir”.

Pese a que cuando éramos chicos nos parecía una recomendación molesta y renegábamos cuando padres o abuelos nos mandaban a apagar la luz “porque calentaban la pieza”, en las noches de verano lo mejor es mantener las luces apagadas, ya que hasta los focos de bajo consumo emiten calor al ambiente. Cuando salgas de una habitación, tené el hábito de apagar la luz.

De la misma manera que una ducha fría, es recomendable sumergir los pies en un recipiente con agua fresca o fría, ya que estos concentran muchas ramificaciones del sistema circulatorio. Al igual que en invierno, nuestros pies nos piden un trato especial durante una ola de calor.

Para los más fanáticos, desconectar los electrodomésticos también funciona. Al igual que los focos, todos los artefactos que funcionan a base de electricidad (o gas) pierden energía en forma de calor. Así sea una contribución mínima con la temperatura ambiente, vale la pena desconectar todos los electrodomésticos y electrónicos que no estén en uso durante la noche (reduciendo también la factura de electricidad).

Por último, recomiendan bañarse antes de acostarse. Dormir con los brazos y piernas abiertas. Acaparar la cama en verano se siente bien, y funciona bien. Dormir con los brazos y piernas extendidas, alejadas entre sí, nos otorga mayor superficie libre para que el calor corporal pueda salir.

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