Tres cazadores furtivos uruguayos fueron descubiertos por la prefectura en la costa del arroyo El Potrero, cerca de Concepción del Uruguay, y deportados a su país.
Los efectivos de la Prefectura observaron a los tres cazadores cerca de una embarcación amarrada en las costas del arroyo. Verificaron que ninguno de los tres hombres tenía documentos personales, pero dentro de la lancha había animales faenados, municiones y cuchillos.
La embarcación fue secuestrada. Migraciones dispuso trasladarlos al consulado uruguayo en Colón para extraditarlos a la República Oriental.