Una postal del majestuoso Aconcagua sin nieve sumó leña a la discusión por la sequía sin precedentes que se vive en Mendoza, cuyos ríos discurren con menos de la mitad de su promedio histórico y sus diques son noticia por la bajísima cota.
El Aconcagua, con sus 6.962 metros de altura sobre el nivel del mar, es el pico más alto del planeta por fuera del sistema de los Himalayas, e impone su presencia incluso a kilómetros de distancia.
Más allá de ser una atracción turística para los amantes de la naturaleza y los escaladores de todo el mundo que buscan hacer cima, el Aconcagua cumple un rol tan silencioso como esencial: su deshielo es el principal abastecedor de agua a la cuenca del río Mendoza, de la que dependen 1.200.000 habitantes de la capital provincial y la mayoría de los procesos productivos de la región, en especial los vitivinícolas.
La imagen fue compartida por el exintendente de San Carlos y ahora diputado provincial Jorge Difonso, coautor de la Ley 7722 que busca proteger el agua mendocina. La foto fue tomada por Nestor Osvaldo Ponce durante un vuelo a Santiago de Chile realizado el jueves pasado.
Crisis hídrica sin igual
Mendoza atraviesa una crisis hídrica sin precedentes que afecta a todos sus ríos y diques. Por ello, una de las principales demandas ambientales de los vecinos y asambleístas que desde diciembre llenaron las calles, rutas, plazas y festivales de toda la provincia fue que se frene el fracking y se garantice el acceso democrático al agua. La protesta social logró detener el intento de usar sustancias tóxicas en el agua, como cianuro y ácido sulfúrico, para favorecer la actividad minera.
El cambio climático
La imagen del “Coloso de América” muestra con contundencia la pared oeste del Aconcagua, la cual luce prácticamente sin nieve; ni hablar de los picos circundantes. Desde hace años, el cambio climático y la sobreexplotación hídrica amenazan seriamente el caudal de la cuenca, algo que para la zona puede ser dramático; basta tener en cuenta que Mendoza está viviendo la temporada de mayor sequía de los últimos 100 años.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la temperatra media mundial ha aumentado 1,1ºC por encima de la era preindustrial (1850 a 1900). No obstante, este calentamiento no ha sido especialmente uniforme. Los continentes se han calentado más rápidamente que los océanos y las latitudes más altas se han calentado más rápido que las bajas.
Debido a esta situación crítica, en 2017 la provincia de Mendoza fue elegida por The Nature Conservancy (TNC) y la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua como el lugar para establecer el primer Fondo de Agua del país.
Finalizada la primera etapa, que estudió las posibilidades efectivas de implementar una iniciativa de estas características en la zona, ahora el Fondo se encuentra en la fase de Diseño: se está desarrollando un plan estratégico integral de largo plazo.
A esto se suma, de manera paralela el aporte de empresas que implementan en la zona el Proyecto de Reabastecimiento de Agua. Este proyecto que se realiza en áreas prioritarias de la cuenca servirá, además, como prueba piloto para el Fondo de Agua.
La importancia de las regiones de montaña
Hay que tener en cuenta que las regiones de montaña suministran agua dulce a la mitad de la población mundial. Al calentarse el planeta los glaciares se derriten y sube el nivel del mar, afectando el equilibrio de las montañas.
Como proveedoras de bienes y servicios ecosistémicos vitales, las montañas son esenciales para un desarrollo global sostenible y el cambio climático las está afectando notoriamente.
Una visita al Parque Nacional Aconcagua deja en evidencia los síntomas de que algo no está funcionando: los arroyos y las lagunas secas dan cuenta del descenso de las nevadas en lo alto de la montaña, lo que reduce el caudal de agua de deshielo provocando un estrés hídrico que incrementa la amenaza de desabastecimiento.
“Hay un dato muy claro sobre lo que sucede en el Aconcagua: hace 20 o 30 años, cuando comenzó el trabajo de Guardaparques a más de 4.000 metros de altura, no hacía falta proveerlos de heladeras. Hoy, sí”, graficó Sebastián Melchor, director de Recursos Naturales Renovables de Mendoza. “El nuevo escenario nos obliga a adaptarnos y nos pone ante el enorme desafío global de trabajar para que pueda seguir desarrollándose la vida en este planeta”, advirtió.
El Fondo de Agua puede ayudar a mejorar la seguridad hídrica de Mendoza y mejorar las condiciones de la cuenca a través de la implementación de soluciones basadas en la naturaleza. Por su parte, las acciones de conservación y restauración que se implementan con el Proyecto de Reabastecimiento pueden aportar a regular los flujos de agua, disminuyendo la intensidad de las sequías en épocas secas; son acciones piloto que se ampliarán una vez que el Fondo de Agua se encuentre operando.
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