La Universidad de Buenos Aires reabrirá sus puertas tras ochos meses y medio desde que se suspendieron las clases presenciales en todas sus facultades. Tanto la Ciudad de Buenos Aires como el ministerio de Educación nacional dieron el aval para habilitar la apertura, que apunta a las prácticas necesarias para que los estudiantes avanzados se puedan recibir este año.
La resolución que firmó el rector Alberto Barbieri habilita un regreso a actividades prácticas en talleres, laboratorios y hospitales escuelas para estudiantes del último año de las carreras que las necesitan para obtener el título. Si bien la resolución alcanza a todas las facultades, las prácticas se concentran en Farmacia y Bioquímica, Agronomía, Ciencias Veterinarias, Odontología y Ciencias Exactas.
El caso de la Facultad de Medicina abre un apartado. Las prácticas allí están sujetas a la disponibilidad de los hospitales de la UBA, que están abocados al combate de la pandemia. La apertura también alcanza las dos escuelas técnicas que dependen de la universidad, la Agropecuaria y la de Lugano.
En todos los casos, las actividades están dirigidas a alumnos en el último. Según informaron desde la UBA, las prácticas se darán bajo un estricto protocolo sanitario que fue aprobado por las autoridades porteñas el viernes pasado y hoy por Nación.
“El protocolo establece pautas para la revinculación académica con el fin de preservar, prevenir y controlar el riesgo de contagio de la comunidad universitaria en su retorno de las actividades antes mencionadas. Se seguirán siempre las indicaciones de las autoridades locales y nacionales correspondientes”, señalaron en un comunicado.
Las autoridades de cada Facultad deberán adecuar el protocolo marco, teniendo en cuentas las particularidades de sus respectivas carreras. Deberán establecer las materias, cantidad de alumnos, aforos, distribución en el tiempo de su asistencia y permanencia, en cada caso.
Entre otras recomendaciones, en el protocolo marco, queda establecido que se deberá utilizar tapabocas que cubra boca, nariz y mentón. El uso del barbijo será obligatorio en todo momento. Asimismo, establece aforos para aulas, auditorios, laboratorios, bibliotecas, pasillos, ascensores, baños, oficinas, a razón de ocupación de una persona cada 15 metros cuadrados en espacios cerrados y una persona cada 4 metros cuadrados para espacios abiertos.
Cada unidad académica deberá flexibilizar y establecer horarios y jornadas académicas entre sus programas con el fin de evitar concentraciones y afluencia masiva de personas. Se deberá garantizar un espacio de tiempo entre las jornadas para realizar proceso de limpieza y desinfección en los salones de clase y solo se permitirá el ingreso de estudiante para sus actividades académicas.
En los edificios donde se realizarán estas prácticas se demarcarán áreas de circulación, con el fin de organizar el flujo de circulación dentro del establecimiento. Se deberá realizar una adecuada ventilación natural de los espacios cerrados o dentro de lo posible con puertas y ventanas abiertas que permitan una mayor renovación del aire.
Respecto a los traslados hacia las facultades o los colegios preuniversitarios, se recomienda, en viajes cortos, caminar o utilizar bicicleta. De igual modo, tanto estudiantes como docentes y auxiliares están autorizados a viajar en transporte público.